María Luisa García

Hace algún tiempo, un colega me trajo un texto en el que había usado el término desertización. Al preguntarle por qué ese y no desertificación, como decimos todos, me respondió que era el aceptado por la Academia. Según el reconocido hispanista Manuel Seco, se ha implantado "en muchos hablantes —españoles y americanos—, hasta hoy, la idea de que la Academia ‘dictamina’ lo que debe y lo que no debe decirse. (¼ ) La lengua es de la comunidad que la habla, y es lo que esta comunidad acepta lo que de verdad ‘existe’, y es lo que el uso da por bueno lo único que en definitiva ‘es correcto’". Hoy desertización y desertificación aparecen en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). A ello contribuimos los cubanos con el uso continuado de la segunda forma.

 

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