La Botica Francesa, Museo Farmacéutico Ernesto Triolet, recibió
la distinción Monumento Nacional, que otorga el Consejo de
Patrimonio de Cuba, luego de ser declarado como tal en diciembre
último.
La institución, única de su tipo en el mundo, fue acreedora del
alto reconocimiento en atención a su originalidad, estado de
preservación e historia acumulada en 125 años de fructífera vida
cultural, según explicó Margarita Ruiz, presidenta de la Comisión
Nacional de Monumentos (CNM).
El hecho de que este museo se encuentra en la ciudad de Matanzas
que no es la capital, su cuidado y conservación, demuestran interés
del estado por proteger el patrimonio y su significado en la
identidad y sentido de pertenencia de la comunidad, comentó Ruiz.
La Botica Francesa ubicada en el centro histórico de la ciudad de
Matanzas, nos 100 kilómetros al este de La Habana, integra un
conjunto representativo de la elegancia e influencia neoclásica y
ecléctica que caracteriza la arquitectura de esta urbe en los siglos
XIX y XX.
Así lo expresa la declaración de la CNM que agrega: "El primero
de mayo de 1964 abrió sus puertas como el primer museo de su género
en Latinoamérica, manteniendo su integridad y siendo objeto de una
restauración rigurosa y minuciosa conservación de su valiosa
colección".
La Botica fue instituida por el cubano Juan Figueroa y el francés
Ernesto Triolet, ambos doctores en Farmacia, en el año 1882, atesora
implementos para la producción artesanal de medicamentos y miles de
frascos de cristal y porcelana, entre ellos los Ojos del Boticario,
hechos en cristal de Bohemia.
Su estantería, de maderas preciosas cubanas, guardan jarabes y
ungüentos salidos de fórmulas de reconocidos galenos de la Isla, y
recetas asentadas en unos 55 tomos celosamente protegidos.