En beneficio del cuidado y desarrollo permanente del patrimonio
natural y económico en la cordillera pinareña, existen 93 fincas
forestales integrales, módulos agrícolas en fomento en toda Cuba.
La alternativa, promovida por el Ministerio de la Agricultura, se
integra a los empeños de los vueltabajeros en materia de
silvicultura, pues el territorio es el de mayor cobertura boscosa
del país, extendida por el 39,7 por ciento de su geografía.
Pinar del Río figura entre las provincias más avanzadas en estas
fincas de 40 o más hectáreas, que incluyen la casa del finquero,
zonas de árboles maderables, frutales, café, así como la cosecha y
comercialización de otros cultivos.
Igualmente proliferan en ellas el manejo pastoril de distintos
tipos de ganado, animales de labor, la apicultura y la atención de
los caminos, con énfasis en la rectificación de las laderas dañadas
por fenómenos erosivos.
Al cierre del pasado año el país sumaba mil 200 de estos módulos
agrícolas de gestión en funcionamiento en sus serranías, con el
mérito de representar otra fuente de viviendas, empleo estable,
estimulación salarial y seguridad alimentaria.
Todo ello, sostienen directivos del MINAGRI, despierta nuevas
motivaciones, aumenta el sentido de pertenencia, contribuye a
mejorar la protección de los bosques, a reducir los incendios en
áreas frutales y forestales y propicia el desarrollo de la ciencia y
la técnica en las montañas.
El objetivo en lo adelante es crear a escala de nación no menos
de 200 fincas forestales integrales anualmente, por su impacto
socioeconómico y medioambiental en las cordilleras, el 18 por ciento
de la superficie territorial del país caribeno.
Vale señalar que se trata de las unidades de manejo más pequeñas
de los programas forestales, lo cual genera el vínculo estrecho
entre el finquero y su área de labores, de ahí los beneficios
citados.