Campaña tabacalera

Entre las predicciones y el atraso

Ronald Suárez Rivas

"Cuando el 21 de septiembre reina el tiempo del Norte, significa que va a ser un buen año. Eso es histórico, desde la época de mi abuelo y de mi padre."

Cuando las lluvias parecían no tener fin, Alejandro Robaina pronosticó que este sería un año grande.

En medio del temporal, con las vegas inundadas y más de 39 000 canteros de posturas echados a perder en toda la provincia, Alejandro Robaina lanzó su tradicional pronóstico sobre la campaña tabacalera¼ ¡y acertó!

A pesar de que las lluvias impidieron comenzar en tiempo y motivaron un atraso de más de 20 días en el cronograma, el cambio de clima ha permitido que hoy solo falten por plantar menos de 70 caballerías de las 1 436 previstas.

"Adivino no soy, pero sí tengo experiencia. No importa que la cosecha esté corrida, yo creo que este será un año grande", asegura Robaina, el único cubano vivo que da nombre a una marca de tabaco. "Y no quiero que parezca que lo digo para embullar a nadie, porque a los campesinos no hay que embullarlos", aclara.

El intensivo en la siembra ha permitido salvar la campaña.

Para el afamado productor de 88 años de edad, la explicación podría estar en el cambio climático. "Hace años que lo estoy observando en las plantas, en las aves, en todo".

"Ahora los meses tienen otro significado. El frío dura hasta marzo o abril. Eso no pasaba antes. El tiempo se ha movido por lo menos un mes y en el campo hay que tenerlo en cuenta. Tradicionalmente se ha tratado de sembrar temprano, pero es posible que llegue el momento de tenerlo que hacer más tarde".

Predicciones in situ

Rolando Carbó, del municipio de San Luis, fue uno de los tantos campesinos que no pudo entrar a sus tierras durante varias semanas, debido al exceso de humedad.

Acostumbrado a plantar las primeras posturas cada 22 de octubre, cuando empiezan a soplar los vientos del norte, esta vez la lluvia lo obligó a hacerlo 30 días después. Sin embargo, se muestra optimista. "Las vegas están bien y no hay enfermedades".

Los productores coinciden en que las condiciones actuales del clima son favorables para las plantaciones.

En el resto de la provincia esta es una tendencia generalizada. Enrique Cruz, jefe del Grupo de Tabaco en el territorio, asegura que la campaña está en un momento óptimo. "Se han logrado plantaciones con más del 95% de supervivencia y muy buena salud, ayudadas por un clima favorable y mayor disponibilidad de insumos que en otros años. Esperamos resultados superiores a los de la cosecha pasada, tanto en volumen como en calidad".

Ya el municipio de Sandino concluyó la siembra y en las próximas horas se le sumará Minas de Matahambre. El resto de la provincia lo hará antes de que finalice el mes.

Pero la intensidad en las labores de plantación, ante la urgencia de acercarse al cronograma, no ha permitido el adecuado escalonamiento. Por esa razón se sabe que habrá un pico en la fase de recolección, con la demanda de fuerza de trabajo extra.

Previendo esa situación el plan de movilizaciones se reajusta, asegura Enrique. "Ya se planificó la etapa de escuela al campo teniendo en cuenta los momentos de mayor actividad en la cosecha".

Tradición con resultados

Según lo contratado, más de 11 200 campesinos individuales, 76 cooperativas y 15 UBPC, tienen en Pinar del Río este año el reto de producir tabaco. No obstante, cuando concluya la campaña, seis de cada diez pinareños habrán participado en ella en algún momento.

Probablemente no exista otro cultivo que involucre de esa manera a la población de toda una provincia. Algo que además de tradición responde a resultados.

Las vegas de Vueltabajo aportan el 65% de la producción del país, cerca de la mitad de las capas con que se cubre a los famosos Habanos y el resto de la materia prima de los puros de exportación.

De ahí que sea crucial el esfuerzo de los vegueros para recuperarse de una arrancada en falso.

Mucha gente depende del tabaco y está comprometida con su cultivo. Pero independientemente de ser nuestra actividad económica, la vemos como una tradición, le tenemos cariño, confiesa Héctor Luis Prieto, uno de los miles de hombres y mujeres que garantizan que lejos de aquí, en tiendas glamorosas, el tabaco cubano se siga comercializando como un producto de calidad inigualable.

 

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