La fortuna del vaquero Abilio Conde

Enrique Milanés León

Abilio Conde Rojas no repite esquemas para defender apariencias ni se lleva bien con los estereotipos: Si usted supiera, papá no era un gran ganadero, responde con franqueza al periodista que llegó a su finca Santa Beatriz, en las afueras de la ciudad de Camagüey, pensando que el mejor productor lechero del país le detallaría un árbol genealógico repleto de guajiros de láctea "sangre blanca".

Foto: Jorge Luis TéllezEsta vaca se llama Muñeca y, como Abilio, tampoco cree en las secas.

"Lo del viejo era más bien la cría de puercos —explicó— y cuando murió en 1995 yo heredé la finca. Primero cambié la masa completa porque eran vacas de dos litros y pico como promedio. Toda la tierra estaba perdida en marabú, y mire ahora."

El entonces muchacho, que hoy tiene 47 años, dejó su puesto de inseminador para llegar y encontrarse a sí mismo como un ganadero extraordinario. En el 2001 integró el grupo de los grandes de Cuba al aportar 110 000 litros, pero siguió creciendo hasta cerrar el 2007 con 237 492 litros entregados a la industria, con lo cual ratificó cuánto ganamos con la pérdida del inseminador.

"Nunca me propuse ser el mejor, solo quise ser un gran productor y dar lo que pudiera. Si he llegado a ser el mejor, bienvenido sea, pero no es lo principal".

Muchos ojos le acechan y Abilio lo sabe. En el propio municipio de Camagüey, Héctor Martínez González y Lorenzo González Esquivel —quienes cerraron el año pasado con 153 112 y 101 122 litros, respectivamente— completan un respetable trío de productores de leche. Hay rivalidad, mas no celos ni envidias: "Somos amigos y hasta nos ayudamos. A veces Héctor me dice: ‘aprieta, que voy que chiflo’, pero ya usted ve, me ofreció toda la semilla de caña que necesite. Ese es un gesto bonito".

Abilio no se deja impresionar y mantiene sus fórmulas, más que probadas: rotación, king grass para la seca, molinos, pozos y depósitos para tener agua en todos los potreros, buen manejo, y siete días de trabajo a la semana, sin diferencias entre lunes, miércoles o domingos. Con ese "librito", sus vacas siboneyes mestizas promediaron el año pasado 9, 86 litros en doble ordeño.

"También tengo —agrega— mis vacas ‘elites’, un grupo con promedio entre 12 y 15 litros en doble ordeño. Por ejemplo, Muñeca da 20 litros en la primavera y ahora está en 13; esa vaca no cree en secas."

Abilio no permite confusiones: "Son resultados de muchos años, el nuevo sistema de pago no tiene que ver. Yo siempre le entregué todo a la industria, este año aporté el 98% de la leche que produje", sostiene el destacado campesino.

Hay cosas obvias: la nueva forma de pago a la producción lechera beneficia a los ganaderos cubanos. En el mejor mes del 2007, Conde que nació campesino, no cree que para hacer un gran trabajo haga falta el dinero. "Casi todo lo que recibo lo uso para mejorar mi finca, limpia desde una punta hasta la otra".

El entrevistado es Vanguardia Nacional desde el 2001. no se le puede hablar si se obvia a su hijo Yunier, a Dunys, a los ordeñadores Yoan y Reinier, y a Orlando, el custodio que suple eventuales ausencias en el ordeño. "Ese es mi equipo, no quiero otro. Trabajamos 13 ó 14 horas diarias y nadie se cansa".

Con tal respaldo, el vaquero de la CCS José Antonio Echeverría mira hacia una meta típica de él: "Yo quiero llegar a entregar algún año 250 000 litros de leche", dice como quien pide revancha a una cifra que se le escapó por escaso margen en el 2007.

Defensor de las esencias de la tierra, tiene una teoría singular: "hay que estudiar y volver al monte". Él mismo lo hizo y luego lo repitió su hijo, quien se graduó de veterinario y regresó. "Yunier trabaja a la par conmigo —dice orgulloso—, sabe desde ordeñar una vaca hasta montarla en un rodeo. El relevo de la Santa Beatriz está asegurado".

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Comentarios | Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir