"Debemos adoptarla y darle la ciudadanía", dijo el dramaturgo
Abelardo Estorino, Premio Nacional de Literatura y de Teatro, al
entregarle el galardón y reconocer la vida de esta artista que ha
desarrollado una intensa amistad con Cuba desde que se convirtió en
la primera cantante estadounidense en viajar a la Isla tras la
proclamación del carácter socialista de la Revolución, para efectuar
una gira durante el verano de 1966 y participar luego en la
organización del I Encuentro de la Canción Protesta auspiciado por
Casa de las Américas.
En noviembre último firmó una carta de condena al bloqueo de su
país contra Cuba, en la que se reclama el mejoramiento de las
relaciones culturales entre las dos naciones.
También fundó junto a su esposo Irwin Silber el sello
discográfico Paredón, del cual salieron los primeros discos de
Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en el exterior.
"La mayoría de lo que he hecho en mi vida ha sido influenciada
por Cuba y su gente", dijo al recibir el reconocimiento, una pieza
de cerámica del pintor cubano Alfredo Sosabravo, otorgado "por su
canción y compromiso, y su lucha a favor de los ideales de libertad
y justicia", según el acta leída por el director del Centro, el
poeta Víctor Casaus, quien definió la distinción como el más grande
y modesto premio que otorga la institución desde 1996.
La entrega estuvo precedida de un concierto homenaje en el que
participaron su hijo Pablo Menéndez, director del grupo Mezcla;
Alberto Faya, fundador de la agrupación Moncada, y los trovadores
Frank Delgado e Inti Santana.