A tres cubanos que integraron el Ejército Rojo en la Gran Guerra
Patria les fue dedicado en Rusia el homenaje póstumo del Museo Central
de esa contienda, informa un despacho de Prensa Latina.
Al conmemorar el aniversario 65 del rompimiento del bloqueo de
Leningrado, se muestran cartas, fotos y otros documentos de los
hermanos Aldo y Jorge Vivó, únicos latinoamericanos participantes en
la resistencia contra el cerco nazi de 900 días a esa ciudad.
La exposición, organizada por iniciativa de la Asociación rusa de
Amistad con Cuba, incluye información sobre Enrique Vilar, comandante
de un batallón de fusileros, muerto en combate a los 19 años de edad
el 30 de enero de 1945 en Fiurstenam, durante la liberación de
Polonia.
En recordación a todos los caídos en esa conflagración, Jorge
Martí, embajador de Cuba en Rusia, en compañía de funcionarios de la
cancillería rusa y embajadores latinoamericanos, depositó una ofrenda
floral en el museo.
Aldo Vivó pereció en diciembre de 1941 cuando la unidad a la que
pertenecía intentó cruzar clandestinamente la orilla izquierda del
Neva para tomar la lengua del río, pero el bote en que viajaba fue
descubierto en medio de la noche y ametrallado. Todos murieron.
Su hermano Jorge se enroló en julio de 1941 en una brigada
guerrillera que cumplió numerosas misiones, la cual a fines de ese año
trató de romper el cerco hitleriano, pero descubiertos, de 50
combatientes solo sobrevivieron ocho, entre ellos Jorge Vivó, herido
de gravedad en piernas y manos, quien fue sacado rumbo al Asia Central
y falleció posteriormente. Fue internado en el hospital de Leningrado
hasta que en abril de 1942 pudieron trasladarlo hacia el Cáucaso y
después rumbo al Asia Central.