El diseño de una estrategia capaz
de frenar el sostenido repunte del Índice de Precios al Consumo (IPC)
figura hoy entre las prioridades del ejecutivo venezolano para el
2008, apoyado en un entorno de crecimiento económico sostenido.
Las cifras difundidas por el Banco Central de Venezuela (BCV)
mostraron que en diciembre la variación de la tasa de inflación fue
del 3,3 por ciento, con lo cual el acumulado anual llego a 22,5 por
ciento.
Ese balance casi duplica la meta oficial prevista inicialmente por
las autoridades para el 2007, cuando se estimó un incremento del IPC
en torno al 12 por ciento.
Por ello, el ministro venezolano de Finanzas, Rodrigo Cabezas,
indicó que se trabaja en una política antiinflacionaria con vistas a
enfrentar ese flagelo en el país.
En declaraciones a la prensa, el funcionario señaló que el balance
del pasado año en el IPC no es satisfactorio.
El resultado, indicó Cabezas, no es el esperado y, por ello, están
sujetos a revisión "los instrumentos de política económica que tiene
el país para confrontarse con ese flagelo".
De esa forma, es de esperar que en el actual ejercicio el ejecutivo
active una estrategia contra la inflación con el respaldo del
instituto emisor y en un escenario donde la expansión del Producto
Interno Bruto (PIB) debe superar el seis por ciento.
En los dos últimos meses del 2007 el repunte del IPC encontró
sustento en la aplicación del impuesto del 1,5 por ciento a las
transacciones financieras, unido al aumento en los gravámenes a
manufacturas de tabaco y bebidas alcohólicas, entre otros factores.