NAIROBI,
2 de enero.— El Gobierno de Kenia y la oposición cruzaron acusaciones
sobre las matanzas que se extienden desde el jueves pasado, mientras
que jóvenes armados con machetes y palos patrullan por las calles del
país y miles de personas se encuentran refugiadas en parroquias por
temor a ser asesinadas, reportó ANSA.
Muchos observadores resaltaron que al menos 20 ministros no fueron
reelectos para el Parlamento, donde la mayoría de la oposición aparece
fuerte tras la votación. Los enfrentamientos comenzaron al darse a
conocer los resultados electorales de los comicios del jueves, cuando,
según los datos oficiales, ganó el actual presidente, Mwai Kibaki. El
líder de la oposición, Raila Odinga, se negó a aceptar la derrota.
El presidente de la Comisión Electoral de Kenia, Samuel Kivuitu,
afirmó hoy que estaba presionado cuando anunció la reelección de
Kibaki, dijo AP.
Unas 330 personas murieron, entre ellas alrededor de 50 fueron
quemadas vivas dentro de una iglesia de Eldoret, en el oeste del país,
y pertenecían a la etnia kikuyo, la misma del Presidente. En Kisumu,
en el oeste de la nación y cuna de los luo, la etnia de Odinga, una
docena de sus simpatizantes pereció, según AP.
Un reporte del martes de la Cruz Roja indica que unas 100 000
personas fueron afectadas por la violencia de los últimos días. Dar de
comer a estas personas es ahora el problema principal. Alimentos, agua
y combustible son las necesidades más urgentes, apuntó ANSA.