BERLÍN.—
El intérprete y compositor alemán Willy Sommerfeld, uno de los
grandes pianistas del cine silente, murió aquí a los 103 años cuando
aún se mantenía activo en los ciclos consagrados a la filmografía de
esa época.
Su nombre está asociado a los filmes de Charles Chaplin, Greta
Garbo o Emil Jannings y a las joyas del expresionismo alemán como
Metropolis o El gabinete del doctor Caligari, de Fritz
Lang, cuya atmósfera sombría, dramática o de suspenso solía reflejar
como pocos.
Según los historiadores de cine, Sommerfeld era capaz de asumir
cualquier género, desde las tragedias a las comedias, pasando por lo
histórico, con el mismo caudal imaginativo y ejecución impecable.
Empezó a incursionar en este arte a los 17 años, primero como una
vía para sufragar sus estudios de música, y gradualmente se entregó
en cuerpo y alma a este trabajo hasta convertirlo en una pasión.
Con el advenimiento del cine sonoro, se vio obligado a dedicarse
a la composición y la dirección coral o de orquesta. En los años 70,
cuando comenzaron a proyectarse en Berlín películas de cine mudo,
retornó a su antigua profesión.
Al cumplir 100 años en el 2004, los organizadores del festival de
Berlín le entregaron un Oso de oro especial, a modo de homenaje. Con
él se apaga una leyenda. (PL)