MÉXICO, (PL). — La Confederación Nacional Campesina (CNC) aseguró
que la apertura de fronteras a los alimentos provenientes de Estados
Unidos y Canadá libres de aranceles, el próximo 1 de enero,
representará un desastre para los productores mexicanos.
El primer día de 2008 entrará en vigor la desgravación incluida
en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN),
fuertemente censurada aquí por las organizaciones que agrupan a los
hombres del campo por implicar una competencia desleal.
Ello se basa en el fuerte subsidio oficial y las posibilidades
técnicas de los productores de las dos economías más desarrolladas,
lo cual marca la desventaja del medio rural local.
La CNC señaló que, en el caso concreto del fríjol, la segunda
cosecha agrícola más importante de México, 570 mil trabajadores
rurales perderán las posibilidades de su comercialización, situada
en alrededor de un millón 100 mil toneladas anuales.
Los productores de fríjol no podrán competir con los de Estados
Unidos y Canadá por lo que esa rama estará condenada a desaparecer
con consecuencias sociales desastrosas, agregó.
La organización puntualizó que los frijoleros nacionales tienen
grandes atrasos en materia de organización, capacitación,
infraestructura, financiamiento, comercialización y seguro agrícola
por la falta de atención estatal al campo.
México ocupa el quinto lugar entre los mayores productores de ese
grano en el mundo y el tercero en superficie sembrada con 2,2
millones de hectáreas.
Otra amenaza para el sector es el contrabando de alimentos que,
tan sólo en lo referente al maíz y al fríjol, provoca pérdidas
superiores a los dos mil millones de dólares al año.