NUEVA ORLEANS,
21 de diciembre.— Tras mantener violentos enfrentamientos con la
policía dentro y fuera del ayuntamiento, los manifestantes que
protestaban la víspera contra la demolición de casas para personas de
escasos ingresos afectadas por el huracán Katrina, prometieron
continuar sus acciones por la vía judicial y con protestas en las
calles.
El jueves, la fuerza pública utilizó aerosoles irritantes y
descargas eléctricas para impedir que los manifestantes interrumpieran
una sesión del concejo municipal de Nueva Orleans, donde sus miembros
aprobaron por unanimidad permitir al Departamento de la Vivienda y
Desarrollo Urbano federal demoler 4 500 viviendas de propiedad
oficial.
La votación permitirá el comienzo de las obras de demolición en
unas semanas a no ser que lo impidan los tribunales. Los abogados que
representan a los grupos opuestos a la demolición indicaron que no han
agotado sus recursos legales.
La manifestante Endesha Juakali, una de las que encabezó la
manifestación y que fue detenida por alteración del orden público,
dijo que el enfrentamiento no fue el fin del asunto.
"Por cada cosa que hagan, tendrán que pagar un precio político",
advirtió Juakali. Agregó que cuando las topadoras intenten abatir el
complejo residencial de San Bernardo, "nos opondremos por todos los
medios".
Desde hace varias semanas, los manifestantes se han preparado para
enfrentarse a las topadoras y analizaron la forma de hacerlo, como
tumbarse en el pavimento frente a esas máquinas.
El enfrentamiento del jueves fue el más violento y tenso de las
protestas por la situación de un creciente número de personas que
carecen de techo y por la falta de viviendas asequibles para los
desplazados por Katrina. (AP)