Cuba ha sido impedida de jugar en su primer torneo de cricket
extrafrontera por restricciones de la ley de bloqueo norteamericano.
"Es una mala noticia y sería muy triste que Cuba, donde hay tanto
talento por el cricket no pueda participar en el certamen Standford
20-20. Este deporte es fundamental para el Caribe. Esperamos que sea
posible buscar una solución que permita a los jóvenes cubanos mostrar
su talento a nivel internacional" comentó a este redactor John Dew, el
embajador del Reino Unido en La Habana, país con destacado apoyo junto
a India, Jamaica y otras naciones caribeñas.
Cuba había sido invitada a participar en el torneo con sede en
Antigua con 20 selecciones del área, del 26 de enero al 24 de febrero,
y que honra con su nombre a su principal auspiciador, el texano Allen
Stanford, encargado de las invitaciones y a quien el Departamento del
Tesoro le ha negado la licencia en el caso cubano al considerar que se
trataba de un permiso para algún tipo de actividad comercial con Cuba.
"Estoy completamente en desacuerdo que Cuba no pueda jugar" expresó
Stanford en un comunicado aparecido en el sitio digital de la
competencia.
"Stanford 20- 20 está solicitando que la negativa del gobierno de
EE.UU sea reconsiderada por lo que estamos explorando cada opción que
asegure su participación" expuso el Buró de Directores de la justa.
Cuba estaba programada para jugar en su debut contra San Martín el
viernes 25 de enero. Ante la criticada ausencia, San Martín avanzará
automáticamente a la segunda ronda contra San Vicente y Las Granadinas
el viernes uno de febrero.
Figuras legendarias y aficionados de este deporte así como Sir
Allen Stanford tenían grandes expectativas de ver cómo el béisbol
podría influir en la fuerza de los jugadores cubanos a la hora de
tomar el bate del cricket, señalaron los organizadores del evento.
Este año ODEPA decidió incluir al cricket en el programa de los
Juegos Panamericanos y a principios de diciembre el COI anunció
haberle otorgado reconocimiento provisional por dos años.
Tal condición se otorga a deportes que no forman parte del programa
olímpico, pero que cumplen con ciertas exigencias del COI como una
política consecuente en favor de los jóvenes o en la lucha antidopaje.