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Los llamados de la derecha boliviana a militares para derrocar al
gobierno del presidente Evo Morales son infructuosos, afirmó el
vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, en entrevista
concedida al diario mexicano La Jornada.
García Linera calificó de actitud desesperada la adoptada por los
prefectos de Santa Cruz, Tanja, Beni, Pando y Cochabamba, quienes
aprobaron un estatuto autonómico para esas regiones en aplicación de
una estrategia de confrontación violenta.
En Bolivia hay un desplazamiento del antiguo bloque de poder y la
consolidación de uno nuevo y las fuerzas de derecha se han
atrincherado en esas regiones negándose al diálogo, a la negociación y
a pactar la solución de los problemas, añadió.
El presidente Morales, en lugar de caer en la provocación, planteó
que el desafío es del pueblo quien, con sus votos, decide el rumbo a
andar por el país, recalcó.
El vicepresidente afirmó que el nuevo bloque de poder en la nación
altiplánica está compuesto por personas provenientes de sectores de
movimientos sociales, campesinos, populares, indígenas, consolidado en
las elecciones del año 2005.
Atrás ha quedado el imaginario de la inversión privada, de la
globalización como gran panacea para salvar nuestros males y se
consolida la idea del papel fundamental del Estado en el desarrollo de
la economía nacional en una sociedad moderna, expresó el
vicepresidente.
García Linera puntualizó que la igualdad de los derechos de los
pueblos indígenas y la democracia como participación, no como
monopolio de los partidos políticos, son ideas fundamentales en la
realidad boliviana de hoy.
Finalmente, planteó que las actuales resistencias locales no tienen
hoy fuerza, vitalidad y capacidad para irradiarse como un proyecto
nacional.