Las montañas de esta provincia pinareña reportan, hasta el más
reciente corte, una tasa de mortalidad infantil de 1,3 por cada mil
nacidos vivos, resultado de la interacción de la infraestructura
médica y las comunidades del área.
El registro corresponde al balance efectuado hasta el cierre de
octubre sobre la marcha de los diferentes sectores en la zona,
extendida a través del 33 por ciento de la superficie geográfica
territorial, cuya cordillera de Guaniguanico se divide en las sierras
del Rosario y los Órganos.
A ese indicador contribuyen la cultura adquirida en la rápida
captación de los embarazos, imprescindible para el correcto
seguimiento de la gestación, el apoyo de los hogares maternos que
reciben al término de la gravidez a las pacientes de sitios apartados
y la colaboración de las activistas sanitarias de la FMC y los CDR.
Funcionan en la serranía 165 consultorios médicos, dos hospitales y
cuatro policlínicas, entre otras instalaciones aptas para llevar a
esos sitios múltiples especialidades médicas, incluso la
estomatología, servicio sensiblemente mejorado con la iniciativa de
sillones móviles trasladables hasta los establecimientos distantes.
Elevar la cultura de los más de 74 mil montañeses pinareños en
temas de salud ocupa a los trabajadores del sector, promotores en las
salas de televisión existentes, de charlas y proyección de vídeos
sobre el embarazo en la adolescencia, las enfermedades de transmisión
sexual, el alcoholismo y la violencia doméstica, entre otros
problemas.
En la provincia, 12 de los 14 municipios tienen áreas en las
sierras y por sólo citar un ejemplo, antes de 1959 San Cristóbal
registraba una tasa de mortalidad infantil de 58 por cada mil nacidos
vivos.
Alrededor del seis por ciento de los cubanos habita hoy en los
cuatro macizos montañosos fundamentales de la nación, gestora desde
1987 del denominado Plan Turquinio -en alusión a la mayor altura- en
pos de lograr el desarrollo socioeconómico integral en esas regiones.