SANTIAGO DE CUBA.— En Cayo Granma, un asentamiento de pescadores
ubicado a la entrada de la bahía santiaguera, la cooperación entre
padres, vecinos y trabajadores de la Educación sumó una lección más.
Desde el primer momento, sus habitantes comprendieron que esta
sería la fórmula para solucionar en el menor tiempo los severos
daños provocados por las intensas lluvias a la única escuela
primaria de la localidad.
Allí nadie se detuvo ante la sensible pérdida que provocó el
derrumbe parcial del centro. De inmediato, un movimiento de masas
cobró fuerza y devolvió la tranquilidad a las familias de este
islote.
Y es que las adversidades ponen a prueba la capacidad de los
hombres y el esfuerzo de los pueblos para lograr el bienestar
colectivo, en especial cuando se trata de sus hijos y de defender
las conquistas que marcan la vida de los cubanos.
En cuanto cedió el temporal, el Destacamento de Tropas
Guardafronteras transportó por mar los materiales y todos se
incorporaron en jornadas de trabajo voluntario a la reparación de la
primaria Juan Gualberto Gómez.
De ahí que vecinos cambiaran sus labores habituales por la de
constructores, como Yoendris, ángel, Carlos, Alexis, Jorge, Alberto,
Guillermo y otros muchos, quienes cerraron filas junto a los
directivos del sector para reacondicionar el local que estará listo
en los próximos días.