Quien lo asegura es Roberto Hernández, un viejo luchador que
ingresó a la juventud comunista cuando apenas tenía 14 años, abogado y
sociólogo, vicepresidente del legislativo venezolano.
"Estamos transfiriendo al pueblo los mayores poderes concebidos
dentro de una nación —asegura el también diputado por Yaracuy al
Parlamento— y ese es precisamente un primer paso hacia el socialismo,
que no es otra cosa que entregarle a la sociedad funciones que hasta
ahora han sido privativas del Estado".
Usted ha insistido, sin embargo, en que no se trata de una
Constitución socialista.
Nosotros no estamos haciendo una Constitución socialista, estamos
haciendo una Constitución de transición al socialismo, de manera que
en ella conviven instituciones de la vieja sociedad de clases con
otras nuevas que nosotros queremos impulsar hacia el futuro
socialista.
Pero la oposición habla de golpe de Estado legislativo, de un golpe
del Ejecutivo a la Constitución.
Son charlatanerías, ellos saben demasiado bien que eso no significa
un golpe de Estado, pero no se olvide de lo siguiente: ellos se erigen
hoy en defensores de la Constitución cuando ya una vez se opusieron a
su aprobación en 1999, y no solo se opusieron, sino que además fueron
quienes dieron el golpe de Estado que acabó con ella, que destituyó
todos los poderes y todas las instituciones que habíamos elegido
libremente: la Asamblea Nacional, la Fiscalía General de la República,
los gobernadores, los alcaldes. Como comprenderás, actúan de manera
hipócrita, actúan con el propósito de impedir que el pueblo venezolano
decida su propio destino.
¿Cómo ve usted el tema de la reelección presidencial?
El pueblo es el que va a decidir si quiere que un presidente sea
reelecto o no. Además, desde el punto de vista burgués no nos pueden
decir que está mal porque ellos lo han hecho también y sobradas veces
y desde el punto de vista de la democracia socialista me parece que lo
democrático, lo correcto, es que el pueblo pueda elegir entre las
diversas opciones que haya. Si un gobernante lo ha hecho bien, y está
en capacidad de continuar ejerciendo, puede ser elegido nuevamente.
¿Qué nuevos beneficios traen para las mayorías las reformas?
En el proyecto estamos ampliando los derechos al seguro social de
las personas, a quienes trabajan por su propia cuenta y no tienen
acceso a la seguridad social. Son unos cinco millones, no son pocos;
también se benefician las amas de casa. Venezuela asistía a una
increíble paradoja: un país inmensamente rico en recursos naturales y
sin embargo su población en más del 80% vivía en estado de pobreza.
Hemos venido venciendo estos adeudos en estos años, pero con grandes
obstáculos porque los sectores privilegiados siempre se han negado a
que la mayoría pueda disponer de una parte de los recursos.
Cuando el presidente Chávez presentó la Reforma propuso cambios
solo en 33 artículos. La Asamblea Nacional y las propuestas del pueblo
elevaron esa cifra a 69. ¿Cómo se imbrican en el proyecto las
diferentes sugerencias?
Hemos tenido más de 5 000 parlamentarismos de calle y recogido
muchas opiniones, proposiciones que se integraron a las del presidente
Chávez. Son por demás artículos que están de alguna manera conectados
porque lo que está en la base de toda la propuesta es la idea del
poder popular. Queremos también que los consejos comunales, que los
consejos de trabajadores, de campesinos, estudiantes, de mujeres, de
profesionales y técnicos, participen en la decisión diaria de los
problemas que padecemos.
¿Y cuál es su pronóstico para este domingo?
La Reforma triunfará sin la menor duda. El problema para nosotros,
los revolucionarios, es que no queremos simplemente sacar más votos
que la oposición, queremos que esa victoria sea contundente, que
participe la mayor parte de la población electoral, que tenga la mayor
legitimidad.
¿Estamos hablando de una Constitución profundamente reformada o en
la práctica se trata de una Constitución nueva?
Nosotros no estamos haciendo una nueva Constitución.
Estamos precisamente desarrollando los principios que ya se
encuentran en la Constitución vigente. Yo le digo además que se puede
explicar históricamente: en un proceso revolucionario todo marcha
aceleradamente y es lógico que el ordenamiento jurídico igualmente
vaya transformándose de acuerdo con los acontecimientos y eso es
exactamente lo que está pasando en Venezuela.