Estamos proponiendo una Constitución de transición
hacia el socialismo

Entrevista a Roberto Hernández, vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela

JUAN ANTONIO BORREGO y CALIXTO N. LLANES (foto)

CARACAS.— En la historia legislativa de Venezuela, que incluye la aprobación de 26 constituciones en los últimos dos siglos, ningún episodio ha sido tan consultado con el pueblo como la modificación propuesta por el presidente Hugo Chávez a la Carta Magna de 1999, que recientemente fue evaluada y sancionada por la Asamblea Nacional y cuyo destino final se decidirá el próximo domingo cuando sea sometida a referendo.

Roberto Hernández: “No estamos haciendo una nueva Constitución”.

Quien lo asegura es Roberto Hernández, un viejo luchador que ingresó a la juventud comunista cuando apenas tenía 14 años, abogado y sociólogo, vicepresidente del legislativo venezolano.

"Estamos transfiriendo al pueblo los mayores poderes concebidos dentro de una nación —asegura el también diputado por Yaracuy al Parlamento— y ese es precisamente un primer paso hacia el socialismo, que no es otra cosa que entregarle a la sociedad funciones que hasta ahora han sido privativas del Estado".

Usted ha insistido, sin embargo, en que no se trata de una Constitución socialista.

Nosotros no estamos haciendo una Constitución socialista, estamos haciendo una Constitución de transición al socialismo, de manera que en ella conviven instituciones de la vieja sociedad de clases con otras nuevas que nosotros queremos impulsar hacia el futuro socialista.

Pero la oposición habla de golpe de Estado legislativo, de un golpe del Ejecutivo a la Constitución.

Son charlatanerías, ellos saben demasiado bien que eso no significa un golpe de Estado, pero no se olvide de lo siguiente: ellos se erigen hoy en defensores de la Constitución cuando ya una vez se opusieron a su aprobación en 1999, y no solo se opusieron, sino que además fueron quienes dieron el golpe de Estado que acabó con ella, que destituyó todos los poderes y todas las instituciones que habíamos elegido libremente: la Asamblea Nacional, la Fiscalía General de la República, los gobernadores, los alcaldes. Como comprenderás, actúan de manera hipócrita, actúan con el propósito de impedir que el pueblo venezolano decida su propio destino.

¿Cómo ve usted el tema de la reelección presidencial?

El pueblo es el que va a decidir si quiere que un presidente sea reelecto o no. Además, desde el punto de vista burgués no nos pueden decir que está mal porque ellos lo han hecho también y sobradas veces y desde el punto de vista de la democracia socialista me parece que lo democrático, lo correcto, es que el pueblo pueda elegir entre las diversas opciones que haya. Si un gobernante lo ha hecho bien, y está en capacidad de continuar ejerciendo, puede ser elegido nuevamente.

¿Qué nuevos beneficios traen para las mayorías las reformas?

En el proyecto estamos ampliando los derechos al seguro social de las personas, a quienes trabajan por su propia cuenta y no tienen acceso a la seguridad social. Son unos cinco millones, no son pocos; también se benefician las amas de casa. Venezuela asistía a una increíble paradoja: un país inmensamente rico en recursos naturales y sin embargo su población en más del 80% vivía en estado de pobreza. Hemos venido venciendo estos adeudos en estos años, pero con grandes obstáculos porque los sectores privilegiados siempre se han negado a que la mayoría pueda disponer de una parte de los recursos.

Cuando el presidente Chávez presentó la Reforma propuso cambios solo en 33 artículos. La Asamblea Nacional y las propuestas del pueblo elevaron esa cifra a 69. ¿Cómo se imbrican en el proyecto las diferentes sugerencias?

Hemos tenido más de 5 000 parlamentarismos de calle y recogido muchas opiniones, proposiciones que se integraron a las del presidente Chávez. Son por demás artículos que están de alguna manera conectados porque lo que está en la base de toda la propuesta es la idea del poder popular. Queremos también que los consejos comunales, que los consejos de trabajadores, de campesinos, estudiantes, de mujeres, de profesionales y técnicos, participen en la decisión diaria de los problemas que padecemos.

¿Y cuál es su pronóstico para este domingo?

La Reforma triunfará sin la menor duda. El problema para nosotros, los revolucionarios, es que no queremos simplemente sacar más votos que la oposición, queremos que esa victoria sea contundente, que participe la mayor parte de la población electoral, que tenga la mayor legitimidad.

¿Estamos hablando de una Constitución profundamente reformada o en la práctica se trata de una Constitución nueva?

Nosotros no estamos haciendo una nueva Constitución.

Estamos precisamente desarrollando los principios que ya se encuentran en la Constitución vigente. Yo le digo además que se puede explicar históricamente: en un proceso revolucionario todo marcha aceleradamente y es lógico que el ordenamiento jurídico igualmente vaya transformándose de acuerdo con los acontecimientos y eso es exactamente lo que está pasando en Venezuela.

 

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