Con el sello distintivo de un arte de alcance internacional,
María Felicia volvió a sorprender a todos en un programa lleno de
matices y en el que la agrupación brilló no solo por su oficio, sino
por la riqueza y profundidad con que se acercaron a temas
recurrentes de la cultura universal.
Fuimos testigos de cuántas motivaciones despertó lo mostrado,
sobre todo porque afloró el estilo de una generación de cantores
empeñada en renovar las concepciones, sin alejarse del sello que
prestigiosos autores impregnaron a sus obras musicales.
Desde el Ave María, de Franz Biebl, hasta El Manisero
de Moisés Simmons y Este son homenaje, de Juan Almeida,
pasando por obras de Cesar Carrillo, Randall Thompson, Lajos Bardos,
y otros reconocidos maestros, el coro Exaudi dejó la más grata de
las impresiones de las agrupaciones que han actuado en la Sala de
Conciertos Dolores.
Impecable armonía mostraron igualmente el coro femenino Sirena,
que le antecedió en el escenario, el Madrigalista, el de cámara
Entrevoces, Música Aurea, Orfeón de Holguín, el del ICRT y el Koiton
Laulu, de Finlandia, que también sembraron valores e identidad.
Hoy se presentará el Coro Nacional de Cuba, del que todos esperan
elocuencia y destreza interpretativa, atributos que sin lugar a
dudas le confieren un lugar privilegiado dentro del canto coral a
escala global.
Mañana será la gala de clausura del Festival Internacional de
Coros y en ella estarán presentes los más importantes conjuntos
vocales que participan en esta XXVII edición, secundados por la
Orquesta Sinfónica de Oriente.