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Que disfrutar y cuidar transiten por la misma senda
Con la explotación de nuevos ómnibus, se
aprecia un “respiro” en el transporte público de pasajeros en la
capital. Sin embargo, algunos vehículos han sido víctimas de
indisciplinas que provocan daños. Un día fuera de servicio equivale
a que, como promedio, 2 500 personas dejen de trasladarse
LOURDES
PÉREZ NAVARRO y RAÚL LÓPEZ (fotos)
lourdes.p@granma.cip.cu
1 de septiembre del
2007. 4:35 p.m. El ruido de la piedra al chocar contra el vidrio
puso en alerta al conductor. Al abrirse la puerta delantera corrió
detrás del joven que a toda prisa se alejaba del ómnibus Yutong de
la ruta 222, detenido cerca del Anfiteatro de Marianao.
Este
parabrisas muestra la huella de una pedrada. Consecuencias: 900
dólares la reposición, como promedio tres días el ómnibus fuera de
servicio, 9 000 personas que dejan de transportarse.
Quien huía dejaba atrás, como fruto de su "impulso", una loseta
(cristal fijo ubicado debajo de la ventanilla) astillada en mil
pedazos. Esta fue su respuesta ante las reiteradas llamadas de
atención de la tripulación de la guagua a que dejara cerrar la
puerta trasera o se bajara.
Luego de ser detenido por el propio conductor y por agentes de
una patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), Josué V.
G. fue procesado penalmente y condenado por el Tribunal Municipal de
Marianao a dos años de privación de libertad por cometer un delito
de daños, "causando con el hecho un grave perjuicio", además de la
obligación de indemnizar a la Terminal de Ómnibus de la Lisa en la
cuantía de 2 090 pesos.
Obstáculos para un
buen servicio
A partir del mes de agosto, con la paulatina incorporación de 37
nuevos ómnibus chinos marca Yutong, la Terminal de La Lisa fue
reanimando su labor. "Con estos carros hemos mejorado el servicio y
apreciamos el agradecimiento del pueblo", reconoció Luis Pier
Zamora, administrador de la entidad.
Antes, ejemplificó, las rutas 222 y 298 no tenían programación,
salían cuando se podía; hoy la primera tiene una frecuencia de entre
10 y 15 minutos, y la segunda entre los 25 y 30 minutos.
Es por eso que le resulta doloroso ver cómo las indisciplinas
cometidas por algunos pasajeros repercuten en la merma del servicio.
"Si un ómnibus se avería por hechos como este de apedreamiento de
parabrisas o ventanillas, o por rotura de puertas, es una ruta que
se retira de circulación y son planes de viajes y de recaudación que
se incumplen, de los cuales depende el ingreso salarial de nuestros
trabajadores".
Cada uno de estos ómnibus rígidos chinos, explicó Pier Zamora,
cuesta alrededor de 60 000 dólares. "Ahí, subrayó, se ve el esfuerzo
que hace el país por restablecer el servicio de transporte público;
pero si la gente no ayuda, si los muchachos se enganchan por fuera,
arrancan los focos, escriben las paredes, si no colaboran para
protegerlos y hacer que nos duren más, entonces los carros dejan de
trabajar y la población queda insatisfecha a pesar de todos los
recursos que se están invirtiendo".
Según informó el funcionario, el ómnibus apedreado estuvo dos
días fuera de servicio. Dejaron de trasportarse 4 060 pasajeros.
25 de octubre del 2007. 3:18 p.m. Parada de la Virgen del
Camino hacia Alamar. Adolfo Granadillo, chofer del ómnibus
articulado P-3, observaba por el retrovisor la subida y bajada de
pasajeros. Al cerrar la puerta del medio vio llegar a un ciudadano
que, al no poder subir, agarró una piedra y la lanzó contra el
cristal, destruyéndolo.
La actuación inmediata del chofer y de agentes de la PNR permitió
dar captura al individuo. En estos momentos está asegurado con una
medida cautelar y en espera del juicio.
Carro maltratado,
servicio no dado
Como parte del programa de reanimación del transporte público de
pasajeros, desde diciembre del pasado año el depósito de Metrobus de
Alamar, ubicado en el municipio de La Habana del Este, ha ido
renovando su parque y hoy cuenta con 50 ómnibus articulados marca
Mercedes Benz, lo cuales, según las estadísticas, son los que más
han sufrido las consecuencias de las indisciplinas sociales (14
casos).
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Costo del daño |
No
habrá impunidad |
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ÓMNIBUS |
RÍGIDO |
ARTICULADO |
Josué V.G. fue condenado
por el Tribunal Municipal de Marianao a dos años de
privación de libertad por el delito de daños “causando con
el hecho un grave perjuicio” además de la obligación de
indemnizar a la Terminal de Ómnibus de la Lisa en la cuantía
de 2 090 pesos. |
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Costo |
60 000 USD |
160 000 USD |
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Capacidad diaria transp. |
2
010 personas |
3
000 personas |
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Costo de parabrisas |
Delantero 900 USD. Trasero 560
USD. |
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Costo de ventanilla |
Entre 400 y 500
USD |
Armando
Montiel, jefe de la Terminal de Alamar, muestra cómo quedan los
asientos cuando manos inescrupulosas “retiran” sus acolchonados
forros.
En el mismo momento en que son víctimas de hechos de esta índole,
los choferes tienen orientado detener el carro y reportar al Puesto
de Mando para que acudan los especialistas de Accidentes, quienes
determinan si continúa viaje o va para el taller, explicó a
Granma Armando Montiel Díaz, jefe de la Terminal.
Un vehículo articulado fuera de servicio, precisó, deja de
transportar en cada turno (tres vueltas) aproximadamente 1 500
pasajeros; es decir, que en un día (corresponden realizar dos
turnos) dejan de transportarse por ese motivo 3 000 personas.
Por otro lado, subrayó, está el valor de las piezas y accesorios
que se reponen, por ejemplo: según la marca del ómnibus y el
suministrador, en el mercado internacional el parabrisas delantero
cuesta alrededor de 900 dólares y el trasero 560; las ventanillas,
entre 400 y 500 dólares.
A esto se suma el gasto de combustible al tener que transportar
el carro averiado hacia la empresa de reparaciones, radicada en el
habanero municipio de Guanajay. Por la amplia distancia a transitar,
el consumo de este indicador sobrepasa la cantidad que como promedio
utiliza el vehículo en un turno de trabajo.
En opinión de Jorge Félix Valdés, chofer instructor de esta
entidad, no hay excusas para tales indisciplinas. "Estos hechos
afectan directamente a la población. Cada vez que un carro se retira
los otros de esa línea se recargan, se maltratan más y el exceso de
pasaje causa molestias e impide brindar un servicio con la calidad
que merece el pueblo".
Reforzar
las medidas para proteger los ómnibus
Justo un mes atrás fueron puestos en marcha 112 ómnibus nuevos
marca Yutong distribuidos en las terminales de La Lisa, Playa, San
Agustín, Alberro y Palatino. Poco a poco irán incorporándose otros
ya contratados que permitirán mover en el 2008 a más de un millón de
pasajeros diariamente.
Aunque
aún no son la solución, los nuevos ómnibus alivian la deteriorada
situación del transporte público de pasajeros.
Se trata de una inversión costosa, de cientos de millones de
dólares, que incluye ómnibus —con precios que oscilan entre 150 000
y 160 000 dólares los articulados y 60 000 los rígidos—, costos de
mantenimiento, talleres, piezas de repuesto, combustible y otros
recursos. Todo ello sin alterar los precios del pasaje: 40 centavos
los ómnibus y articulados, 20 centavos los "camellos".
Como todo lo bueno, hay que cuidarlos para que duren. Para esto,
aseguró Pedro Castiñeiras Fernández, director de la Empresa Metrobus,
se están tomando varias medidas, entre ellas, la selección y
capacitación de los choferes, el establecimiento de un sistema de
pago vinculado a la transportación, a la calidad del servicio y al
cuidado del ómnibus; reforzamiento del orden y la disciplina en las
cabeceras de las paradas con la presencia de funcionarios e
inspectores, y visitas a centros de enseñanza secundaria y
politécnica para conversar con los estudiantes sobre estos temas.
Al referirse al enfrentamiento de las indisciplinas sociales en
los ómnibus, Castiñeiras informó que trabajan de conjunto con la PNR
y con los inspectores de la Dirección Provincial del Transporte (DPT),
del Ministerio del sector y del Consejo de Administración
Provincial.
Como parte de estas acciones, Ricardo Ricardo Alonso, subdirector
de Inspección Estatal de la DPT, mencionó los controles sorpresivos
en los ómnibus, fundamentalmente en horarios picos y confrontas,
periodos más propicios para las conductas violatorias de la
disciplina social.
Además, chequean el comportamiento de la tripulación: adecuada
manipulación del pago del pasaje por parte del conductor o del
facilitador (donde hay alcancías), uso del uniforme, correcto trato
a los pasajeros, cumplimiento de rutas e itinerarios, entre otros
aspectos que permitan garantizar la calidad del servicio. Al
detectar infracciones están facultados para tomar las medidas
pertinentes y/o imponer las multas establecidas en las normativas
jurídicas.
En un recorrido realizado por diferentes paradas de ómnibus muy
concurridas de la ciudad, estos reporteros apreciamos el beneplácito
de la población con el "respiro" que trae la circulación de este
centenar de guaguas nuevas.
Rutas por mucho tiempo desaparecidas, retornan al pavimento. Las
esperas dejan de ser tan largas. Aunque aún queda un buen trecho por
andar en el camino de la reanimación del transporte público de
pasajeros, se va sintiendo un alivio. Nos queda entonces, como
beneficiarios, proteger lo que es de todos.
Voces en las paradas
Antes
nos quejábamos porque no pasaban las guaguas; ahora que tenemos más
las desbaratan. Algunos no saben cuidar lo que es para provecho de
todos, afirman Yanisleydis Pereira y Manuel Yasel González.
Seguro
que hay que cuidarlos, si están resolviendo tremendo problema! Con
los ómnibus nuevos el transporte en La Lisa, donde vivo y trabajo,
ha mejorado muchísimo; hay que ver cómo pasan la 222 y la 170, rutas
que ya ni se veían —comenta la enfermera Idania Mazón.
Yo
he visto a compañeros míos escribiendo en las paredes de la guagua,
gritando, enganchándose en las puertas… Lo hacen por juego, por ver
sus nombres pintados. Y pienso: si no lo hacen en sus casas, ¿por
qué aquí sí? Eso es hasta que tomen medidas severas; cuando vean que
les ponen multas no lo hacen más. (Gesiel Martínez, estudiante de
Montaje y reparación de equipos industriales, enseñanza politécnica)
Cuando
venía para La Habana en el P-7 el conductor varias veces tuvo que
llamar la atención a un grupo de muchachos con uniforme de
Tecnológico que iban enganchados y no dejaban cerrar las puertas
—rememora Aliuska Hernández—. No acaban de darse cuenta de que si
las rompen ahí mismo se detiene la guagua y es una menos que
tenemos. |