Movimientos sociales y originarios de
Bolivia realizarán hoy una gran marcha nacional en defensa de la
Asamblea Constituyente y de la renta vitalicia Dignidad de apoyo a
la vejez.
Representantes del Pacto de Unidad y la Confederación de Pueblos
Indígenas del Oriente Boliviano condenaron las recientes agresiones
a los constituyentes en Sucre y la demora en la aprobación en el
Senado del referido beneficio a los mayores de 60 años de edad.
Campesinos, indígenas, colonizadores, asalariados, movimientos
sin tierra, juntas vecinales y otros sectores sociales marcharán
desde la localidad de Caracollo hasta esta ciudad, en respaldo de
los cambios democráticos que impulsa el gobierno.
Según los organizadores, la convocatoria obedeció "al intento de
sabotear el proceso de la Asamblea Constituyente por parte de
intereses que se oponen a los cambios estructurales en el país".
En la declaración que firmaron el pasado sábado patentizaron su
firme defensa de la Constituyente, declarándose en movilización
nacional, con actos y medidas de presión para garantizar el
funcionamiento del foro.
Exigieron además al Senado la inmediata aprobación del proyecto
de ley de la renta Dignidad, cuyas dilaciones tienen marcado matiz
político, como han denunciado varias personalidades del país.
La accidentada Asamblea Constituyente reiniciará hoy sus sesiones
plenarias con el análisis del conflictivo tema "capitalidad", como
denominan aquí al reclamo sucreño de todos los poderes estatales.
La comisión de diálogo creada para mediar entre la Asamblea y el
Comité Interinstitucional de Chuquisica, impulsor de esta demanda
regional, presentará su informe sobre el asunto que fraccionó el
foro y lo mantiene suspendido desde agosto último.
Este acuerdo regresa la polémica demanda a los debates internos
de la Asamblea, tras meses de enfrentamientos verbales entre los
departamentos de Chuquisaca y La Paz por acoger la capital del país.
Sucre, capital histórica de Bolivia, reclama la sede del Poder
Ejecutivo y Legislativo, que posee La Paz desde el siglo XIX, y
rechazó varias propuestas consideradas favorables y conciliadoras,
aún cuando se comprometió con el éxito de la Constituyente.