Bangladesh solicitó hoy a la
comunidad internacional ayuda para los centenares de miles de
damnificados del ciclón Sidr, mientras las cifras oficiales siguen
aumentando y sitúan en dos mil 407 el número de muertos de esta
tragedia.
El llamado está contenido en un comunicado del consejero de
Asuntos Exteriores del gobierno interino de Bangladesh, Iftekhar
Ahmed Chowdhury, quien considera que "nuestros amigos vendrán a
ayudarnos en estos momentos de necesidad".
Chowdhury indicó que "hacemos todo lo que podemos pero la
magnitud de la tragedia es demasiado grande".
El Sidr barrió el jueves último las costas sureñas de este país
surasiático con vientos de 233 kilómetros por hora que causaron una
crecida del océano de cinco metros y afectaron, según la Media Luna
Roja, a más de siete millones de personas.
La organización humanitaria bengalí comunicó a medios
informativos que al menos 900 mil familias necesitan ayuda, es decir
siete millones de personas.
También que en los distritos sureños, devastados y aislados del
mundo, los supervivientes corren el peligro de morir de hambre y de
sed si no reciben ayuda.
Diversos gobiernos e instituciones junto con las condolencias por
las víctimas del fenómeno climatológico se comprometieron en enviar
más de 30 millones de dólares en ayuda de emergencia.
Tal es el caso de China que donó un millón de dólares a
actividades de socorro y rehabilitación en las zonas afectadas y
otros 50 mil dólares de la Cruz Roja a su par bengalí para trabajo
de asistencia, entregados por la embajada de Beijing en Dacca.
De acuerdo con la agencia de prensa bengalí BSS, la ayuda comenzó
a llegar a muchas áreas donde decenas de miles de personas se
quedaron sin hogar ni acceso al agua potable, con el riesgo de que
comiencen a aparecer las epidemias.
La marina envió barcos cargados con toneladas de víveres y de
medicamentos, la fuerza aérea movilizó a sus helicópteros y las
tropas terrestres intentaban llegar hasta las localidades aisladas.
Bangladesh es uno de los países del mundo más expuestos al cambio
climático pues 60 de sus 140 millones de personas viven a menos de
10 metros sobre el nivel del mar.
Este país resultó devastado por un huracán en 1970 que causó
medio millón de muertos y un maremoto en 1991 que mató a 138 mil
personas.