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El español nuestro
María Luisa García Moreno
¿Ha pensado en alguna ocasión de dónde proceden algunas palabras o
frases que usamos cotidianamente? Por ejemplo, resulta muy común que
nos despidamos diciendo adiós. Pues ese término surgió en el
siglo XV como una elipsis u omisión de frases por entonces muy
utilizadas: "A Dios seas" o "A Dios te encomiendo". También es
bastante frecuente el empleo del término alarma y, por
supuesto, todos saben qué significa; pero seguramente pocos conocen
que procede del grito "¡Al arma!" que se daba para poner una fuerza en
disposición de combate. Y aleluya, que no siempre se usa con
connotación religiosa, procede del hebreo hallelu Yah, "Alabad
al Señor". |
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