TAICHUNG.— Dicen que cuando hay pitchers no hay bateadores. Pero cuando son seis los serpentineros empeñados en blanquear a un equipo la tarea de anotar se hace aún más difícil. Australia demostró que habrá que contar con ella en el venidero XXXVII Mundial al superar a Cuba por la vía de la lechada, 5-0.

Brad Harman conectó jonrón.

Fue un duelo en sus inicios entre dos zurdos, el camagueyano Elier Sánchez y el nativo de Melbourne Adam Blackley, quien a sus 22 años ponchó a 100 rivales en 70 innings en Clase A. Sin embargo, el mejor de los dos fue Elier, dos años menor que su rival, quien sin apelar a toda su velocidad dejó a siete adversarios con la carabina al hombro, seis de ellos tirándole al tercer strike, combinando como un maestro una curva amplia con el tenedor y el cambio.

Fueron en total 56 lanzamientos, 35 de ellos por zona buena, anulando por completo a los australianos, quienes solo pudieron conectarle un sencillo, del primer bate Trent Oeltjen.

Después, a partir del quinto inning la historia fue otra. Dos tubeyes consecutivos, un pasbol y un fly de sacrificio a costa de Adiel Palma, le dieron a los "aussies" dos carreras que resultaron decisivas. En e sexto llegaron otras dos, esta vez con vladimir Baños en el box, una de ellas por larguísimo cuadrangular del torpedero Brad Harman sobre una recta de 87 millas. La puntilla llegó en el séptimo cuando el noveno en la tanda y designado, Mike Collins, le botó la pelota al zurdo Arleys Sánchez. En el octavo, Jonder Martínez sacó los tres outs dos por la vía del ponche.

Cuba solo pudo batearle cuatro sencillos a la sexteta de tiradores colocados en el box por el mentor Jon Deeble, dos de ellos de Alfredo Despaigne, sustituto de Urgellés, este aquejado por un repentino dolor de muela, más uno de Mayeta y otro de Héctor Olivera, otra vez regular en el segundo cojín.