CARACAS, 19 de octubre.— La segunda fase de la Misión Revolución Energética concluyó en Venezuela con el cambio de más de 15 millones de bombillos incandescentes por ahorradores en instalaciones del sector público.

Con esto se superan los 68 millones de unidades sustituidas, sumando la primera etapa, que comprendió el área residencial, y se reduce la máxima demanda del país en 1 700 megawatts.

Rafael Ramírez, ministro de Energía y Petróleo, destacó el impacto de esta medida, que ha respaldado el incremento sostenido de la economía venezolana.

Ramírez calificó el cambio de luminarias ineficientes como "muy oportuno", al evitar un crecimiento exponencial de la demanda, que habría traído como consecuencia tener que dar apagones.

Explicó que el consumo eléctrico en Venezuela ha superado las estimaciones que se hicieron para la planificación, debido a la reactivación económica, de modo que esta misión "ha sido una manera efectiva de disminuir los requerimientos de la capacidad de generación instalada".

Sin embargo, señaló que más importante que las cifras sobre el ahorro es la participación masiva del pueblo, y su interés por modificar los patrones de consumo.

En ese sentido aclaró que Venezuela no implementa estas acciones porque le falten recursos, sino para advertir sobre la crisis que ya golpea a las naciones pobres.

"Esta es una batalla porque se imponga un esquema distinto, en contra del capitalismo, sus parámetros, su lógica despiadada. Estamos combatiendo una forma de vida y de producción que si no se detiene a tiempo va a acabar con la humanidad".