Santa Clara
El control biológico de plagas y enfermedades en cultivos como la
yuca, boniato, hortalizas y vegetales evita la adquisición de
productos biológicos en otras naciones y permite sustituir
importaciones.
En Cuba, alrededor de 60 mil hectáreas de boniato de las que se
siembran anualmente, se mantienen libres del Tetuán, por la acción
sistemática de controladores naturales entre los que figuran las
trampas de feromona, técnica extendida por todo el país, explicó a la
AIN Sergio Rodríguez, Jefe del Grupo Nacional de atención al cultivo
de Viandas.
"Este insecto, que provoca serias afectaciones económicas al
devastar los sembrados, era controlado con pesticidas químicos, cada
hectárea requería dos kilogramos, y durante una cosecha se debían
realizar hasta cuatro aplicaciones" explica el científico.
La implementación de esta técnica natural por parte de los
profesionales del Instituto Nacional de Investigaciones en Viandas
Tropicales (INIVT) representó un ahorro considerable de recursos al
prescindir del mercado internacional.
Similar situación presentan las 70 hectáreas de yuca que cada año
se siembran en la Isla, las que se mantienen libres de enfermedades
con aplicaciones del biopreparado Bacillus thuringiensis, de
producción nacional.
La elaboración de abonos orgánicos es otra de las vías por las
cuales los campesinos cubanos contribuyen a la sustitución de
importaciones.
Durante el primer semestre del actual año solamente en los 599
huertos y organopónicos de Villa Clara se vertieron 644 mil 800
toneladas de nutrientes naturales, elaborados a partir de la
descomposición de restos de cosecha.
En la producción de vegetales, hortalizas y condimentos frescos el
incremento de la producción en un tonelaje superior a las 15 mil
denota la efectividad del método que también incide en beneficios
económicos para el país.