Alrededor de tres mil equipos magnetizadores están generalizados en
industrias y otros centros cubanos, como una alternativa a favor de la
eficiencia energética, el ahorro y otros beneficios.
José Tristá, director del Centro Nacional de Electromagnetismo
Aplicado (CNEA), con sede en la ciudad Santiago de Cuba, dijo a la AIN
que esos dispositivos contribuyen a prevenir y eliminar la corrosión
derivada de las incrustaciones, causantes de daños operacionales y a
la economía.
Se reduce con ello el empleo de costosos productos químicos que son
importados y se utilizan en la limpieza y mantenimientos técnicos, al
tiempo que los evaporadores, calderas, calentadores, sistemas de
enfriamiento y autoclaves de esterilización prolongan su vida útil.
El científico explicó que la introducción ha sido posible en
colaboración con el Combinado de Componentes Electrónicos de Pinar del
Río y el Centro de Investigaciones Metalúrgicas de Ciudad de la
Habana.
Constituyen buenos ejemplos en esas aplicaciones los centrales
azucareros del país, la Refinería de Petróleo Hermanos Díaz de
Santiago de Cuba, centros del polo científico del oeste de La Habana,
escuelas y hospitales.
Otra línea de trabajo del CNEA es una tecnología para la separación
de partículas ferrosas del azúcar crudo y en terminales de embarque a
granel, lo cual mejora la calidad del producto final.
Igualmente muestran aplicaciones en la agricultura, pues el riego
con agua tratada magnéticamente incrementa el rendimiento de
diferentes cultivos como el tomate y pepino en casas de cultivos
tapados.
De forma satisfactoria transcurren los ensayos clínicos con un
equipo de magnetoterapia para tratar la inflamación pélvica, diseñado
por investigadores del CNEA.