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El cólera y la malaria podrían agregar más muerte y desolación a
África, tras el paso de las intensas lluvias de la temporada, según
advirtió hoy un comunicado difundido en esta capital por la Cruz Roja.
Las inundaciones provocaron el deceso de 250 personas, mientras que
casi 700 mil perdieron sus casas en 18 países africanos y los
pronósticos de más precipitaciones en los próximos días agravarán el
catastrófico escenario actual.
Los vaticinios de Institutos Meteorológicos refieren que las
lluvias seguirán anegando naciones desde el Golfo de Guinea, en el
océano Atlántico, hasta las ribereñas con el océano Índico.
Liberia, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán,
Etiopía, Uganda, Togo, Ghana, Rwanda, Somalía y Kenia, son los países
que han sufrido este continuo diluvio, para el cual no estaban
preparados.
En opinión del experto de la Organización Meteorológica Mundial,
Omar Baddour, las persistentes e intensas lluvias se han originado
como consecuencia del fenómeno climático de enfriamiento de las aguas
del océano Pacífico conocido como "La Niña".
Uganda, uno de los países más perjudicados, registró un brote de
malaria y la Cruz Roja teme ahora la irrupción de una epidemia de
cólera. Allí las precipitaciones dejaron 18 muertos y hay unas 300 mil
personas que debieron abandonar sus hogares.
En Togo, murieron al menos 25 personas, unas 100 recibieron heridas
y más de tres mil familias han quedado desabrigadas, al tiempo que
para Ghana, otro país fuertemente afectado, las agencias humanitarias
solicitaron una ayuda de 1,5 millones de euros.