.—
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa ratificó su rechazo a un
Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, al considerarlo
perjudicial para el país.
"No nos vamos a prestar a esa clase de aventura suicida; no estamos
contra el comercio, sino contra el bobo-aperturismo que permitiría
ingresar libremente a nuestro país arroz, soja, maíz y leche
subsidiada, resaltó Correa.
En su cadena radial número 36, realizada desde la ciudad de Miami,
donde realizó una escala antes de seguir viaje a Nueva York, advirtió
que el TLC con Washington arrasaría la producción agrícola nacional.
"Gran cantidad de estadounidenses, sobre todo demócratas se oponen
a esta clase de tratados porque destruyen empleos; (y) si ese es el
problema en economías competitivas como Estados Unidos, con subsidios
y todo, mucho peor es en países como los nuestros" subrayó.
El mandatario cuestionó asimismo la dolarización de la economía
ecuatoriana, la cual motivó que el país perdiera competitividad.
Ecuador tiene un enorme déficit con prácticamente todos los países,
con excepción de aquellos a los que vende petróleo, debido a que
decidió en el 2000 usar el dólar estadounidense como su moneda,
aseveró.
Correa señaló que la economía nacional se mantiene gracias a las
remesas que envían los ecuatorianos residentes en el exterior.
Antes de la dolarización el déficit comercial no petrolero era de
500 millones de dólares y ahora bordea los cuatro mil millones de
dólares, explicó.
Sólo gracias al enorme sacrificio de los residentes nacionales en
otras naciones, que sudor y lágrimas ganan unos dólares o unos euros y
los mandan al país, es que se puede sostener la dolarización, reiteró.
Se quejó que esos fondos sean utilizados por los banqueros para
sacarlos de nuevo, pues -indicó- "tienen dos mil millones afuera".
Por ello, enfatizó que se necesita la Asamblea Constituyente,
"porque con el Congreso y el Superintendente de Bancos que tenemos no
podremos hacer absolutamente nada".