.—
Más de 20 años de negociaciones dieron fruto hoy con la adopción por
la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Declaración de
Derechos de los Pueblos Indígenas, que amparará a 370 millones de
personas.
Consideradas entre las comunidades más vulnerables de todo el
mundo, los indígenas han batallado para conseguir la aprobación del
texto, que recibió en junio del pasado año el visto bueno del Consejo
de Derechos Humanos.
Ratificado por 143 votos a favor, cuatro en contra y 11
abstenciones, la Declaración fue objeto de profundos debates ante la
oposición de grupos de países liderados por Estados Unidos y Canadá.
El documento, promovido por países de prominente presencia indígena
en su población como México, Guatemala y Perú, consta de 46 capítulos
que reflejan el respeto a los derechos de estos pueblos.
Entre ellos destacan garantizar la propiedad de tierras ancestrales
y recursos naturales de esos territorios pertenecientes a las
comunidades autóctonas, así como la preservación del entorno.
Durante el curso de los debates en Naciones Unidas, prominentes
líderes indígenas de varios países destacaron la importancia de
protección ante el avance de transnacionales madereras y otras que
arrasan con los recursos que les pertenecen.