Jornadas Culturales de México en Cuba

La fridomanía es solo mercadotecnia

Sonia Sánchez
sonia.sh@granma.cip.cu

El encuentro con un mito dio paso a las Jornadas Culturales de México en Cuba. Frida Kahlo, vida y obra, empujó hacia la Casa de las Américas a quienes la idolatran y a los que quizás no logren comprender lo controversial de esta insigne figura de las artes del continente.

Dos Fridas, óleo de Frida Kahlo.

El Coloquio Internacional Una cinta que envuelve una bomba, iniciado ayer como parte de las festividades entre ambos países, devino cita para rememorar el centenario del natalicio de Frida y el cincuentenario de la muerte de su compañero, el notable muralista Diego Rivera, una relación de por vida, "de cuidado y codependencia, de mutua admiración", según la doctora Teresa del Conde, quien expuso la conferencia Frida: una relectura para dejar inaugurado el foro que sesionará hasta mañana.

El 6 de julio de 1907 en la denominada Casa Azul, el matrimonio de Guillermo (fotógrafo) y Matilde, trajo al mundo a quien "no es la mejor pintora de América, pero sí la más famosa. Un ícono de verdadero culto". Tal aseveración expresada por la profesora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM trajo a los presentes el juicio sobre una figura que, no obstante, la propia especialista aseguró: "no solo es un símbolo, sino también un signo, no solo fue una mujer sufriente sino que en su pintura logró una perfección pocas veces vista y que ella nunca se creyó".

Quiso ser médico, pero un doloroso accidente automovilístico que le dejó huellas de por vida la redujo a la convalecencia y despertó sus ansias de llegar a ser la pintora que fue y la condujo a estrecharse en una unión eterna con Diego Rivera, el primero que dio fe de lo valioso de sus intentos artísticos.

Tuvo una filiación de izquierda (otro de sus amores, el Partido Comunista), amiga de Trosky, cercana a Tina Modotti, viajó junto a su esposo y expuso en Estados Unidos —aunque no gustaba de su modo de vida— y Europa, y deja fascinado al escritor francés, principal impulsor del movimiento surrealista, André Breton, cuando este visita México.

Teresa del Conde, amiga de Cuba y prima hermana de Antonio del Conde, "El Cuate", sostén de los expedicionarios del yate Granma, rememoró ante numeroso público y la presencia del embajador de México en Cuba, José Ignacio Piña Rojas, y representantes de esa sede diplomática en nuestro país, algunas de las páginas de la leyenda de una mujer sensual que también dejó huellas de innumerables amores y murió el 13 de julio de 1954.

Creó una pintura absolutamente personal, ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida, observó dentro de sus valoraciones.

"No soy fridomaníaca", dijo la autora de Frida Kahlo. Una mirada crítica. "Yo aprecio muy por encima su protagonismo", dijo a Granma finalmente. "La fridomanía es solo mercadotecnia, una carrera para ganar dinero, que únicamente arruina su imagen".

 

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