Campeonatos Mundiales

Ni un paso más hacia atrás

Hay grandes retos por delante

RAFAEL PÉREZ VALDÉS
rafael.p@granma.cip.cu

La familia deportiva cubana, que cada vez crece más, tendrá razones para estar pendiente de lo que ocurra en los Campeonatos Mundiales de Esgrima de San Petersburgo 2007, del 28 de septiembre al siete de octubre. Los de casa, vamos a recordarlo sin demora, viajarán esta vez al parecer sin posibilidades de medallas. Pero se batirán muy duro por otros objetivos cruciales.

Nos referimos a lograr la mayor cantidad de puntos posibles para el ranking mundial, lo cual constituye, automáticamente, un trampolín para lograr la clasificación hacia los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Se considera que una buena ubicación sería entre los ocho primeros, tanto individual como por equipos.

La escuadra cubana, como ya se conoce, fue integrada sobre la base de los resultados en los XV Juegos Panamericanos de Río 2007, celebrados en julio.

Estamos hablando de las sablistas Mailyn González (oro individual y por equipos; única arma cubana que lo consiguió), Ana Fáez, Jennifer Morales (sus compañeras en ese desempeño), y Haidys Márquez (se suma al grupo); los representantes de la espada Andrés Carrillo (plata individual, oro por elencos); Guillermo Madrigal, Camilo Boris (los otros que fueron a Río), Hendry Maturell, y la floretista Misleydis Compañy, bronce individual y por equipos.

Sí, no leyó mal: no habrá ninguna chica de la espada, quienes se fueron en blanco de la bella ciudad brasileña, en la cual no hubo porfía por colectivos, siguiendo el formato de Beijing 2008.

Las tres medallas de oro en la justa continental no alcanzaron para recuperar la hegemonía perdida ante los estadounidenses, cuatro años atrás, en Santo Domingo 2003.

En el 2006 la esgrima cubana había tenido que sacar a relucir lo mejor de sí para no ceder el dominio en los XX Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena, una señal clara de lo que podía ocurrir este año en uno de los pabellones de Riocentro.

n HISTORIA Y FUTURO

En el mundial más reciente, el de Turín 2006, estuvieron los dos equipos de espada. Las cosas no marcharon bien. Ninguno de los cuatro tiradores que logró entrar en el Cuadro de 64 pudo lograr la victoria que los llevara al de 32, y ninguno de los equipos pudo ubicarse entre los ocho primeros, aunque se consideró que tuvo mérito el noveno lugar de los varones, que solo perdieron contra Italia, el primer rival que encontraron sobre las plataformas.

La espada masculina, como ya apuntamos, fue novena, con Camilo Boris (número 45 de la individual), Andrés Carrillo (59), Guillermo Madrigal (77) y Noel Benítez (122). Más alejadas quedaron las "espadachinas", en el 21, con Eimey Gómez (44), Zuleydis Ortiz (58), Yamirka Rodríguez (74) y Miraida García (126).

El choque de los aceros ya se encuentra al sonar. Luego vendrán los análisis de San Petersburgo 2007, en los cuales seguro estarán sobre la mesa los de Turín 2006, Leipzig 2005, Río 2007, Cartagena 2006, Santo Domingo 2003; los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y Atenas 2004. Sí, retrocesos a los que en estos momentos es de suponer se le esté tratando de encontrar soluciones.

La esgrima cubana formó parte de la elite mundial, y de cierta forma todavía la integra; eslabonó una cadena de medallas en mundiales; estuvo a punto de ganar la edición de Ciudad del Cabo 1997, con oro y plata y de las "espadachinas" García Ortiz (lo cual vuelve más contradictorio que las representantes de esa arma hayan regresado de Río sin una medalla en el cuello¼ ).

Ahora hay que pensar, por ejemplo, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010, y en los Panamericanos de Guadalajara 2011. ¡No se puede dar otro paso atrás!

 

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