Una
programación de lujo ofrecerá el
Conjunto
Folclórico Nacional (CFN)
de Cuba desde hoy y durante los tres fines de semana siguientes en
el teatro capitalino Mella, coliseo que reabre sus puertas con el
estreno de cinco obras de prestigiosos coreógrafos cubanos.
Entre los títulos destacan Dahomeñó, del director de la compañía
Manolo Micler; así como también El Río y el Monte, de Alberto
Méndez; Raíces, de Danny Villalonga; Ave María '' La Rumba'', de
Pancho González, y Homenaje, de Santiago Alfonso.
El público podrá disfrutar también de Cocón-Congueando, de Lizt
Alfonso y de manera especial de la reposición de Canción de cuna
para despertar a un negrito, con letra de Nicolás Guillén, música
del asesor e investigador Rogelio Martínez Furé e interpretación de
la multipremiada bailarina Zenaida Armenteros.
Esta temporada se inscribe en la jornada de homenajes tributados
al Conjunto Folclórico Nacional de Cuba, que este año celebra el
aniversario 45 de su fundación.
Desde 1962 ese colectivo se constituyó para rescatar y divulgar
en lo danzario y lo musical los valores verdaderos de la cultura
popular tradicional cubana, además de la investigación y selección
de aquellas expresiones cuya esencia folclórica posea un real
contenido artístico.
Durante su existencia ha recorrido todos los continentes, por lo
que innumerables países y más de 500 ciudades de Europa, Asia,
África y toda América se han deleitado con el particular estilo de
hacer de esta agrupación, con una activa participación en los más
famosos festivales del mundo.
Por el resultado de su trabajo, el conjunto ha recibido
importantes premios como el Tonel de Oro y el Collar de Plata, en el
Festival de la ciudad de Dijón, Francia; el Templo de Oro, del
Festival El Almendro en Flor de Agrigento, Italia; la Bandeja de
Plata, del Festival de Birmingham, Gran Bretaña, y el Irsuta de Oro,
del Festival de Danza de Arequipa, Perú.
En el repertorio del Conjunto Folklórico de Cuba se incluyen más
de 60 obras, que reflejan las tradiciones culturales del país
caribeño, desde sus orígenes europeo —español y francés— hasta los
africanos, fundamentalmente las culturas yoruba, congo y carabalí,
entre otras.
El colectivo danzario también ha asimilado y elaborado
artísticamente la influencia que otros pueblos del Caribe han tenido
en la danza y música cubanas.