Fernando
Jhones, una de las figuras más prestigiosas del Ballet Nacional de
Cuba y de la escuela cubana de ballet, acaba de fallecer
repentinamente en México, donde brindaba sus valiosos aportes
artísticos como director del Ballet de la Universidad de Querétaro.
Graduado en 1970 en la Escuela Nacional de Ballet, ese mismo año
pasó a integrar las filas del Ballet Nacional de Cuba, bajo la
dirección técnico-artística de Alicia y Fernando Alonso, compañía
donde en 1986 alcanzó el rango de Primer Bailarín, el que mantuvo
hasta su retiro de la escena en 1991.
Bailarín de sólida formación técnica y gran ductilidad
estilística, se hizo acreedor de los más elogiosos juicios de la
crítica nacional e internacional, por sus interpretaciones de los
roles principales de las más importantes obras de la gran tradición
romántico-clásica del siglo XIX y en creaciones contemporáneas de
coreógrafos cubanos y extranjeros. Sus actuaciones incluyeron los
principales escenarios de Europa, América y Asia.
En reconocimiento a sus altos valores artísticos recibió
numerosas distinciones, entre ellas, Diploma de Honor (Varna, 1976),
el Premio a la Maestría Artística (Moscú, 1977), la Medalla de la
Amistad del Gobierno de la República Socialista de Viet Nam y la
Medalla de Plata, del Colegio de Abogados de Puerto Rico, ambas en
1978, y la Medalla y Diploma de Honor del Festival Internacional de
Ballet del Perú, en 1981. Un hito en su carrera lo constituyó su
interpretación del soldadito de plomo, del ballet Muñecos, de
Alberto Méndez, obra que obtuvo el Primer Premio de Coreografía
Moderna en el Concurso Internacional de Ballet de Tokio, Japón, en
1978.
Fiel a su Patria y a su compañía, el Ballet Nacional de Cuba, se
mantuvo vinculado estrechamente a esta a la que siguió sirviendo en
su labor como maître. Hace unos meses, estuvo entre nosotros por
última vez en ocasión de celebrarse en La Habana el Encuentro
Internacional de Academia para la Enseñanza del Ballet, evento que
como el Festival Internacional de Ballet de La Habana contó siempre
con su valiosa presencia.