WASHINGTON, 28 de
agosto.— La prensa norteamericana señala hoy que el renunciante fiscal
general Alberto Gonzales dañó la imagen y la credibilidad del
departamento de Justicia, con sus reiteradas violaciones de los
derechos civiles y sus interpretaciones de la ley, reportó PL.
Aunque abandonará el cargo el 16 de septiembre próximo, Gonzales
dejó abierta una polémica por varias de sus decisiones, entre ellas su
apoyo a la tortura de prisioneros y el espionaje a estadounidenses,
destaca el diario Los Ángeles Times.
Durante su labor como abogado de la Casa Blanca entre el 2001 y el
2005, escribió un memorando mediante el cual se permitió al Pentágono
violar la Convención de Ginebra, subraya.
También aprobó, comenta, las reglas para los tribunales militares
que limitaron el derecho de los detenidos en la autoproclamada guerra
contra el terrorismo y extendió el poder del gobierno para espiar en
Estados Unidos.
Por su parte, el matutino The Washington Post precisa que durante
meses el presidente George W. Bush mantuvo su apoyo al funcionario,
pese al costo político que representaba.
Gonzales dejará un sendero de ruinas. Su negativa a dimitir agrió,
aún más, las relaciones entre el Congreso, controlado por los
demócratas, y la Oficina Oval, y dejó disfuncional al departamento de
Justicia, expresa el Post.
En similar sentido se pronunció The New York Times, al señalar que
el funcionario abandona esa secretaría, ya corrompida por las
influencias políticas.