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Activistas sociales y sindicalistas canadienses rechazan hoy la
presencia del presidente estadounidense, George W. Bush, con
manifestaciones previas a la III Cumbre de la Alianza para la
Seguridad y Prosperidad de América del Norte.
La anunciada asistencia de Bush al encuentro, que sesionará desde
este martes en la ciudad de Montebello, movilizó a cientos de personas
que repelen las políticas de seguridad, inmigración y medio ambiente
del vecino país.
Un grupo anónimo atravesó dos bloques de hormigón sobre la vía
férrea que enlaza a la localidad sede con Montreal, y entorpeció las
comunicaciones durante las primeras horas de este domingo, informa el
diario The Globe and Mail.
En un mensaje al gobierno, los autores criticaron el tratamiento a
las comunidades nativas, las medidas de seguridad aplicadas después de
los atentados del 11 de septiembre y la complicidad entre políticos y
comerciantes.
Varios manifestantes apostados en las inmediaciones del Parlamento
canadiense desplegaron carteles que acusan a Bush de criminal de
guerra y reprenden al primer ministro local, Stephen Harper, por
servirle de lacayo en sus aventuras bélicas.
Por otra parte, medio centenar de ciclistas pasearon frente a la
residencia rural de Montebello donde Harper recibirá a sus similares
de Estados Unidos y México, y exigieron a Washington y Ottawa una
mayor responsabilidad medioambiental.
Durante los dos días de reuniones, los tres gobernantes del área
escucharán a una treintena de directivos de consorcios comerciales, al
margen de las exigencias de activistas sociales y políticos de la
oposición.
Las autoridades del estado de Quebéc detuvieron a tres personas y
desplegaron un cordón policial que, hasta el momento, supera en número
a los activistas.