.— Tras asolar Jamaica, el ciclón
Dean se dirige hoy a toda velocidad hacia las Islas Caimán, el pequeño
paraíso fiscal del Mar Caribe administrado por el Reino Unido cuya
población teme lo peor.
Jamaica apenas comienza a recontar los extensos daños ocasionados
por el choque con Dean, pero reportes de medios regionales dieron
cuenta de daños sustanciales en viviendas, árboles destrozados e
inundaciones.
De inmediato se carece de información sobre pérdidas humanas.
Las autoridades jamaicanas decretaron el estado de emergencia por
30 días para contener los saqueos de establecimientos que se desataron
tan pronto el huracán comenzó a hacer sentir su fuerza.
En su paso arrollador, el próximo destino del huracán son las tres
diminutas Islas Caimán: Grande, Brac y Menor, que apenas suman 259
kilómetros de extensión territorial en las cuales están registrados
miles de bancos y empresas.
Posesión española desde su descubrimiento por Cristóbal Colón en
1503, próximo a caer en desgracia ante la Corte, las tres islas
pasaron a ser posesión británica de Ultramar en 1670 acorde con las
provisiones del Tratado de Madrid rubricado con Londres.
Un naufragio de 10 naves británicas en 1788 y la ayuda brindada por
la población autóctona a las tripulaciones y pasajeros marcaría el
destino de las Caimán, las cuales fueron eximidas desde entonces del
pago de tributos a la Corona por el rey británico Jorge III.