¿Sólo en verano?

PASTOR BATISTA VALDÉS

LAS TUNAS.— Al ver lo que acontece en el segmento de bulevar ya terminado aquí, nadie negaría que por su alcance, potencialidades y aceptación, estas Lecturas de Verano podrían "retoñar" en cualquier otro momento del año, para devenir lecturas de invierno, de primavera o de otoño...

Atraídas por algo que nunca había sucedido en este nuevo tramo de área cultural, muchos tuneros descubren que la anunciada propuesta va más allá de la simple oportunidad para ojear un numeroso grupo de títulos, escoger los preferidos o entregarse al siempre saludable acto de leer.

Con dos libros bajo el brazo y comprimiendo la diestra de su mamá, la pequeña Tahís Mas Barrios sigue al dedillo cada detalle de las fantásticas historias narradas por la escritora Lesbia de la Fe, o se esfuerza, como otros niños, para responder las adivinanzas en décimas que "lanzan" Luis Till y Lewis Estrada, contenidas precisamente en un libro infantil titulado Camino al monte.

La jornada abre también ventanas para la promoción y venta de novelas, cuentos, poemas... o para quedar atrapados entre diez sugerentes pinturas inauguradas en el Centro Cultural Huellas, además de trece piezas de cerámica en el interior del Café Bohemio, todas con una misma inspiración: de y para la mujer.

Cuentan —no sin cierto humor— que en medio de intermitentes lloviznas y de expectativas en torno al derrotero del Huracán Dean, algún "personaje", de esos casi literarios que nunca faltan al pie de la realidad, adelantó la virtual anulación de las actividades.

El impreciso anuncio hubiera podido resultar catastrófico para el programa. Pero como cualquier imagen en pupila tiene más fuerza que rumores en el oído, la propia población devino multiplicadora espontánea de opciones que en verdad no requieren semanas de promoción para atraer, congregar y entusiasmar en minutos a niños, jóvenes y adultos.

De cualquier modo, tal y como disertó en horas de la tarde Carlos Tamayo, escritor, investigador y presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en la provincia, la verdadera inclinación, el buen gusto y el hábito por la lectura —válidos para la cultura en general— no pueden estar sujetos a la espontaneidad ni tampoco a la imposición por parte de padres, maestros o instituciones. Es orientar adecuadamente, crear motivaciones, formas de retroalimentación y sedimentar un acervo que aflora desde la ortografía con que escribe la persona hasta el modo en que se expresa y se comporta en sociedad.

Por eso, tal vez lo más saludable sea que este proyecto siga retoñando (¿qué lo impide?) en otros momentos del año, para bien de los que leen, para sumar a los que no tienen ese hábito, y para comprobar —como enfatizó Carlos Tamayo— que lectura es también asegurar un buen diseño de portada, adecuado uso de los colores, comodidad para la vista; no ser víctima irremediable de la infoadicción que está generando la Internet, y no engullir el prólogo de una obra, para luego suspender frente al más importante de todos los exámenes: el que minuto a minuto nos impone la vida.

 

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