Pearl Jam en EE.UU.

Amordazados

Pedro de la Hoz
pedro.hg@granma.cip.cu

La oreja peluda del mccarthysmo reciclado por la administración Bush volvió a asomarse en la industria norteamericana del espectáculo: la transmisión de un concierto de la banda de rock Pearl Jam, el domingo pasado, fue censurada por la corporación AT & T.

Pearl Jam, víctima de la censura.

Mientras la banda interpretaba el tema Daughter, su director Eddie Vedder exclamó: "Deja tranquilo al mundo, George Bush", "Búscate otro lugar para vivir, George Bush".

Sin embargo estas frases resultaron suprimidas de la transmisión que la poderosa corporación de telecomunicaciones, patrocinadora del evento artístico, realizó a través del portal Blue Room.

Ante la magnitud del escándalo, la AT & T emitió un comunicado en el que trata de esquivar el bulto: "La edición del concierto de Pearl Jam no fue intencionada, sino un error de la empresa que contratamos para hacer el webcast y va contra nuestras regulaciones. Tenemos que seguir algunas directivas para evitar blasfemias excesivas, pero AT & T no edita ni censura los conciertos. Esas directivas se utilizan porque hay público de todas las edades con acceso a Blue Room. Lamentamos mucho el error y estamos trabajando para mostrar la canción entera en la web".

El popular grupo de rock ripostó desde su propio sitio digital: "Lo que ha hecho AT & T toca de lleno las preocupaciones del público sobre el poder que tienen esas empresas cuando se trata de decidir lo que el público ve y escucha a través de los medios de comunicación".

En la publicación The Register, al comentar el suceso, el periodista Dan Goodin señaló que "la metedura de pata recuerda lo remilgados que hemos llegado a ser en EE.UU., una nación a la que, irónicamente, le gusta pensar de sí misma que es tolerante y un bastión de la libertad de expresión".

"Hasta ahora —subrayó— la mayoría de la gente estaba acostumbrada a las complicaciones de las Dixie Chicks, a quienes prohibieron de las emisoras de radio después de que confesaran públicamente que estaban avergonzadas de pertenecer al mismo estado [Texas] que Bush".

La mordaza que mutiló la apelación del líder de Pear Jam en su concierto en Chicago puede explicarse en el contexto de una sociedad sometida al poder compartido por corporaciones, ideólogos del neoconservadurismo y moralistas hipócritas.

Tampoco es casual que al principio de esta nota haya evocado a los tiempos de la cacería de brujas del senador McCarthy. El libro Smashed Hits: the book of banned music (Éxitos destrozados: el libro de la música prohibida), que cuenta con una introducción de Julian Petley, señala el caso del cantante negro Paul Robeson como el músico norteamericano más censurado en esa época por su militancia política, su participación al lado del bando republicano durante la guerra civil española y su apoyo a la lucha por los derechos civiles de las comunidades afronorteamericanas.

 

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