Invasiones de tropas israelíes a territorios ocupados, asesinatos
selectivos de cuadros palestinos, tragedias de miles de refugiados,
intifadas populares contra la agresión sionista, reclamos no
escuchados por el derecho a la existencia de Palestina como un
Estado con plenos derechos, solidaridad internacional con esta causa
son algunos momentos culminantes del cúmulo de acontecimientos que
día a día nos han acompañado a través de todos los medios
informativos, desde la creación del Estado de Israel en 1948 y la
expulsión a sangre y fuego del pueblo palestino.
Pero más allá de la irrestricta solidaridad con la lucha
palestina, su prolongado itinerario y sus consecuencias en la
geopolítica regional y mundial plantean muchas veces dificultades de
comprensión para quienes siguen estos acontecimientos.
Fuentes autorizadas y útiles son imprescindibles para este
ejercicio, que en el caso de Cuba es un ejercicio comprometido. De
ahí el interés de la reedición actualizada por la Editora Política
de Palestina: ¿la justicia crucificada?, de Ernesto Gómez
Abascal, convertida en instrumento de utilidad definitiva.
Gómez Abascal, en menos de trescientas páginas, recorre en
detalle el proceso que dio origen al sionismo en el siglo XIX, la
connivencia de los imperialismos francés y británico para garantizar
su permanencia neocolonial no solo en Palestina, sino en todo el
Oriente Medio, el ingreso del imperialismo estadounidense en el
conflicto y la complicidad criminal que sobrevive hasta hoy entre
Estados Unidos e Israel contra la causa no solo del pueblo
palestino, sino de todos los pueblos árabes.
Pero hay también en la obra un pormenorizado recorrido por las
diferentes etapas de la lucha palestina contra las agresiones, desde
la constitución de las primeras organizaciones de enfrentamiento al
sionismo hasta los procesos negociadores de los años 90 y 2000,
incluidas las dos gloriosas intifadas, demostración heroica de la
disposición del pueblo palestino por conquistar con su propia sangre
el derecho a contar con un Estado propio y pleno, al regreso de sus
refugiados y a establecer su capital en el este de Jerusalén.
El texto de Gómez Abascal se completa con una amplia recopilación
de documentos vinculados al conflicto, incluidas las numerosas
resoluciones —muchas de ellas incumplidas-— de Naciones Unidas.
La obra destaca por su rigor y su exactitud, pero también por su
visión militante de los hechos. Gómez Abascal ha acompañado la
historia que relata personalmente, desde su vinculación ya antigua
con los patriotas palestinos hasta su ejercicio diplomático en Siria
e Iraq, país donde presenció la criminal agresión yanki del 2003. Su
compromiso con la causa árabe está presente también en sus otras
obras y artículos, señaladamente sus textos sobre el Líbano e Iraq.
El Oriente Medio seguirá siendo una región más ambicionada que
nunca en la misma medida en que su principal riqueza material, el
petróleo, se agote progresivamente de otras fuentes conocidas.
Muchos intereses intervendrán y avivarán los conflictos. La guerra
criminal de Iraq, las amenazas contra Irán, la compleja situación
del Líbano, en todos los cuales aparece la complicidad entre Estados
Unidos e Israel, son pruebas al canto.
En medio de este torbellino político, la no menos compleja
situación del conflicto palestino-israelí, adquiere el relieve que
le corresponde por su carácter central e inevitable: no habrá paz en
la región si la justicia, que no ha sido crucificada gracias a la
heroica resistencia palestina, no se convierte en la palabra de
orden entre los pueblos que hoy sufren las consecuencias de un orden
injusto e inmoral.