Investigadores húngaros estudian
varios troncos fósiles de cipreses de ocho millones de años de
antigüedad recién descubiertos cerca de la ciudad de Bukkabrany, al
noroeste de esta capital.
Los 16 troncos muy bien preservados, revelaron los científicos del
Museo de Historia Natural de Hungría, se hallan en una cantera de
carbón mineral.
Su estado de preservación, estiman, se debe probablemente a que
fueron cubiertos en vida por una gruesa capa de arena, tal vez
resultado de una tormenta seca en el valle de los Cárpatos.
"La importancia de este hallazgo es que muchos árboles se
conservaron en su posición original en un mismo lugar. Pero la
verdadera rareza es que su madera original ha quedado preservada, no
se petrificó" dijo a la prensa el geólogo Alfred Dubai.
Se espera que el análisis de los restos de los árboles permita
evaluar cómo era el clima hace ocho millones de años, durante el
Mioceno.
Los troncos, de entre dos y tres metros de diámetro y seis de alto,
pertenecen a la especie conocida como Gran Ciprés del Pantano, que
suelen vivir hasta 300 años.