El Comité de Asuntos Exteriores de
la Cámara de los Comunes británica criticó hoy la nueva táctica de
Estados Unidos en Iraq, que contempla el despliegue de otros 30 mil
militares en el Estado árabe.
En un informe publicado en esta capital, el grupo parlamentario
considera que esa estrategia está llamada al fracaso y duda de su
posible éxito.
También estima que la conciliación de intereses entre los políticos
iraquíes es uno de los puntos más importantes para solucionar el
conflicto en esa nación del Golfo Pérsico.
En el documento se insta al gobierno británico a exponer la
política a seguir para impulsar la reconciliación interna en ese país
desgarrado por la guerra.
El nuevo primer ministro británico, Gordon Brown, ha rechazado por
el momento el eventual retiro de los cinco mil 500 soldados
desplegados en ese territorio, aunque se anunció el regreso de 500 de
ellos luego del traspaso del Palacio de Basora a los nacionales.
No obstante, se espera que en octubre próximo, durante la
presentación de un informe sobre su gestión al parlamento, el jefe de
Gobierno anuncie que las fuerzas sólo realizarán labores de
asesoramiento y entrenamiento del ejército iraquí.
Por ahora, Londres insiste en que el repliegue de las tropas está
condicionado a la capacidad de las fuerzas armadas en Iraq de asumir
el control del territorio ocupado por los militares británicos.
Según el diario Financial Times, durante su reciente visita a
Washington, Brown le dijo al presidente estadounidense George W. Bush
que las tropas británicas abandonarán las obligaciones de combatir a
la insurgencia.