Desde principios del año en curso, las autoridades taiwanesas han
puesto en marcha una nueva escalada de acciones con el propósito de
separar a Taiwán del resto del territorio de la República Popular
China, en contra de los intereses de su pueblo y haciendo caso omiso
de la voluntad de la comunidad internacional.
Las autoridades taiwanesas intentan ahora organizar un denominado
"referéndum sobre el ingreso de la isla en la ONU bajo el nombre de
Taiwán" y presentar una resolución sobre el tema ante dicha
organización. Ello constituye una flagrante violación de decisiones
anteriores de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en su
resolución 2758 (XXVI), adoptada el 25 de octubre de 1971, en el marco
de su vigésimo sexto periodo de sesiones, reconoció a la República
Popular China como único representante del pueblo chino y expulsó de
la Organización a los representantes de Chian Kai-shek, que hasta ese
momento usurpaban el puesto que legítimamente le correspondía a la
República Popular.
Incluso, el pasado 23 de julio, la Secretaría General de las
Naciones Unidas anunció que su Departamento de Asuntos Jurídicos se
había negado a recibir la carta que le enviaran las autoridades
taiwanesas solicitando ingresar en las Naciones Unidas con el nombre
de Taiwán. La Secretaría de la ONU adujo, con razón, que la política
de la ONU está dictada por la citada resolución 2758 (XXVI) de la
Asamblea General, que reconoce a la República Popular China como único
representante del pueblo chino.
Es muy significativo que el jefe de las autoridades de esa isla, el
señor Chen Shui Bian, haya escogido el Club de Prensa de la capital
norteamericana como escenario para anunciar, mediante una
videoconferencia ofrecida el pasado 29 de mayo, que dedicaría el resto
de su mandato a este propósito.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, a
tono con la inalterable posición de principios mantenida por la
Revolución Cubana sobre este asunto, reitera su más firme oposición a
todo tipo de acciones encaminadas a dividir el territorio chino,
reafirma su apego irrestricto al principio de una sola China y, en
consecuencia, rechaza enérgicamente el ilegítimo referéndum sobre el
ingreso de Taiwán en la ONU, así como cualquier intento de sus
autoridades de ingresar a dicha organización internacional.
Las autoridades taiwanesas deben recordar la reciente derrota
sufrida en el seno de la Organización Mundial de la Salud, expresión
genuina e inequívoca de la voluntad de la abrumadora mayoría de los
gobiernos y pueblos del mundo que, al igual que Cuba, reconocen a una
sola China, única e indivisible, y a Taiwán como parte de su
territorio. Este constituye un principio indispensable para el
mantenimiento de la paz y la preservación del orden internacional.
Cualquier acción en sentido contrario estará destinada al fracaso.
La Habana, 8 de agosto de 2007