Un libro sobre las costumbres y tradiciones del cacao, prepara el
licenciado Alejandro Hartmann, director del Museo Matachín e
Historiador de esta Villa Primada, fundada el 15 de agosto de 1511
por Diego Velázquez, el Adelantado.
En exclusiva a la AIN el también Premio Nacional de Comunitaria
2005, precisó que en Baracoa "gran parte de su economía y su
desenvolvimiento social gira en torno a ese cultivo, denominado por
los aborígenes de América néctar de los Dioses".
El texto, que verá la luz en coincidencia con los casi cinco
siglos de fundación de la primera de las Villas y ciudades de Cuba,
abordará la relación de la esterculiácea con el nengón y el jiribá,
variantes soneras surgidas en la zona del Güirito, al sureste del
centro urbano más antiguo de la Isla.
En su Descripción de la Isla de Cuba, Nicolás Joseph de Ribera
escribe que "pocos siembran cacao porque sus árboles necesitan
cuidado continuo, y tardan algo en producir, y principalmente porque
las cañas y el tabaco son labranza más importante, en que se ocupan
sus labradores con interés más cierto".
Hartmann es autor, entre otros títulos, de Los Días de Colón de
Baracoa, y de Baracoa, la Ciudad Primada de Cuba, distribuido
recientemente.
Este último compendio, al decir de Eusebio Leal Spengler,
Historiador de La Habana, debe ofrendarse a las escuelas y
bibliotecas, "no solo para los hijos de Baracoa, sino para los
cubanos que saben venerar la Patria toda".
El texto consta de 200 páginas y lo adornan centenares de
fotografías tomadas por Julio Ángel Larramendi, Presidente de la
Cátedra de Fotografía Latinoamericana del Instituto Internacional de
Periodismo José Martí.
La lente del artista logró captar, según Leal, la mágica relación
entre la luz, los objetos, los edificios y el paisaje natural y
humano de Baracoa.
Estuvo a cargo de la edición el arquitecto Fernando López
Castañeda, quien además ha sido conservador y revisor técnico de las
numerosas ediciones del afamado libro La arquitectura colonial
cubana, de Joaquín E. Weiss.