El número de muertos y daños al ecosistema
en Suráfrica continúa hoy en ascenso tras los incendios del fin de
semana que costaron la vida a 23 personas y devastaron miles de
hectáreas de bosques.
El fuego arrasa desde el pasado viernes las provincias de
Mpumalanga y KwaZulu-Natal pese a los intentos de bomberos y fuerzas
de seguridad por controlar las llamas, informó el portavoz de la
policía, Abie Khoabane.
La deflagración comenzó en la Granja Studs, en las afueras de
Machadoporp y los fuertes vientos de 90 kilómetros por hora hicieron
que se expandiera rápidamente.
Entre los muertos se encuentra un niño de seis años y cinco
bomberos, según la fuente.
Miles de hectáreas de bosques destruidas, cientos de animales
muertos, casas calcinadas e irreparables daños al medio ambiente son
las consecuencias inmediatas de estos incendios, reportó el periódico
local The Citizen.
Técnicas aéreas y terrestres se aplican para detener el avance de
la llamas, pero las condiciones naturales lo impiden, informó la Fire,
organización surafricana para el control de los incendios.
El clima es propicio para que se expanda el fuego y en los próximos
días podría empeorar, dijeron especialistas.