El secretario general de la OTAN,
Jaap de Hoop Scheffer, admitió hoy el aumento de las bajas civiles en
Afganistán, aunque declaró al diario Financial Times que se hará lo
posible para evitarlas.
Organizaciones no gubernamentales que prestan asistencia
humanitaria en ese país centroasiático, citadas por el periódico,
aseguran que no menos de 230 afganos murieron sólo en el primer
semestre de 2007 a consecuencia de los bombardeos aéreos de la OTAN.
La Alianza Atlántica comanda desde agosto de 2003 la Fuerza
Internacional de Asistencia a la Seguridad de Afganistán (ISAF), que
cuenta con más de 50 mil soldados, de ellos unos 30 mil propios y el
resto de Estados Unidos.
El grueso de esa fuerza ocupante está empeñado en controlar el sur
afgano desde finales del pasado año.
En su entrevista con Financial Times, de Hoop Scheffer reconoció
que el desproporcionado aumento de víctimas civiles ha empañado el
desempeño de la misión militar del bloque de 27 países, por lo que se
adoptarán tácticas para disminuir ese "daño colateral".
Así sugirió el empleo de bombas aéreas más pequeñas y el retraso
"en no más de un día" de los ataques previstos contra reductos de la
insurgencia, a la que acusó de emplear a civiles como escudos humanos.