Tras comprobarse que el empleo de poliespuma como guardera de los
canteros incrementa los rendimientos agrícolas, en la capital cubana
se construyen seis organopónicos de hortalizas y vegetales bajo ese
sistema, cifra que se elevará a 18 antes que termine el año.
Por el municipio Boyeros surgió la iniciativa, cuando hace nueve
meses el campesino Pablo Hernández Cordoví, de la Cooperativa de
Crédito y Servicios (CCS) Fructuoso Rodríguez, en el reparto Mulgoba,
Consejo Popular Nuevo Santiago, en lugar de adquirir los canteros de
asbesto-cemento o de tejas decidió hacerlos por su cuenta con ese
material.
Este protege o sirve de embalaje a equipos electrónicos y, en una
reciente visita al primer organopónico hecho allí en Ciudad de La
Habana con poliespuma, representantes del Grupo Nacional de la
Agricultura Urbana elogiaron el incremento de la productividad, pues
aumenta la rotación de los cultivos y es posible su intercalo.
Constataron, además, cuánto contribuye al control de plagas, al
ahorro de materiales de construcción y al saneamiento medio ambiental.
El poliespuma es un derivado del petróleo que no se puede quemar
pues contamina el aire y, a veces muchas familias e industrias los
botan sin saber cómo emplearlos, advirtieron especialistas de la
Comisión Provincial del Forum de Ciencia y Técnica, cuando hace unas
semanas otorgaron la categoría de Destacada a esta experiencia.
Al decir de Inelvis Domínguez del Rosario, presidenta de la
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños en Boyeros, la existencia
en este territorio de una empresa electrónica posibilita utilizar todo
material sobrante de poliespuma en la elaboración de canteros.
Por ello muy pronto la cifra de organopónicos de hortalizas,
vegetales, y hasta de cultivo de flores con el empleo de ese producto
se elevará a 18 en el mencionado municipio