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Una nueva baja anunció hoy el mando del ejército estadounidense en
Iraq con lo cual suman 67 los efectivos caídos en julio, nueve de
ellos muertos en las últimas 72 horas.
La víctima pereció a consecuencia de las heridas sufridas mientras
participaba en una operación antiinsurgente en la provincia de Diyala
cuando su vehículo contactó con un artefacto explosivo colocado al
borde de la carretera, reveló un parte militar.
Ocho de los soldados y oficiales murieron por las bombas colocadas
en las vías y el fuego directo de la resistencia en las provincias de
Diyala y Al Anbar, y en Bagdad, mientras el sargento Courtney D. Finch
falleció en un accidente, aún bajo investigación.
Desde marzo de 2003 las Fuerzas Armadas norteamericanas perdieron
en el país árabe del golfo Pérsico tres mil 646 efectivos, muertos en
su mayoría en acciones de la resistencia, más de 26 mil 500 sufrieron
heridas y otras decenas padecen trastornos mentales.
Al sur de esta capital, en tanto, un grupo de hombres armados atacó
con morteros la central eléctrica de Al Samadiya y dejó sin energía a
los barrios de al Wihnda y Al Madani, informó la agencia Aswat al Iraq
en base a informaciones de la policía.
Por lo menos siete obuses impactaron en el inmueble que quedó
paralizado de inmediato, dijo la fuente.
En la ciudad santa de Kerbala, fuerzas conjuntas estadounidenses e
iraquíes se enfrentaron por dos horas con miembros de las milicias del
Ejército Mahdi, tras un asalto a la vivienda del líder de esa
organización armada, en el vecindario de Al Askari.
Los primeros reportes señalan que al menos 10 personas murieron,
seis civiles entre ellos, y más de una veintena resultaron heridas en
los fuertes enfrentamientos, dijeron fuentes médicas del hospital
local Al Hussein.
El mando norteamericano todavía no dio su versión de los choques
armados.