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Más de tres docenas de personas permanecen detenidas hoy por su
presunta vinculación con el fallido ataque contra el avión en el cual
viajaba a principios de mes el presidente de Paquistán, general Pervéz
Musharraf.
Ese atentado del 6 de julio ocurrió cuando la aeronave despegaba
desde el aeropuerto militar de Rawalpindi hacia la ciudad de Turbat,
en la provincia de Beluchistán, donde Musharraf realizó una inspección
a la zona arrasada por las inundaciones.
En esos instantes una persona disparó desde el tejado de una
vivienda una ráfaga de 36 balas con un arma automática contra el
aparato, aunque falló el objetivo.
Las fuerzas de seguridad acordonaron enseguida el área de la ciudad
militar vecina a Islamabad y ordenaron a todas las tiendas de las
proximidades que cerraran sus puertas.
También arrestó al propietario del inmueble desde la cual fueron
realizados los disparos y ocupó armas, entre ellas una metralleta
"similar a las usadas por los talibanes en Afganistán", de acuerdo con
fuentes militares.
Con anterioridad, Musharraf resultó objeto en el 2003 de dos
intentos de asesinato perpetrados por combatientes relacionados con la
red Al Qaeda.
Según el influyente diario "Daily Times", las fuerzas de seguridad
paquistaníes detuvieron hasta la fecha al menos 39 sospechosos, la
mayoría del turbulento cinturón tribal de la provincia de la Frontera
Noroccidental.
El propietario de la vivienda, identificado como Muhammad Sharif,
continúa siendo interrogado por ese ataque al avión presidencial, en
momentos que se desarrollaba la crisis de Mezquita Roja de Islamabad
que el ejército asaltó el 10 de julio, tras una semana de cerco.
El desalojo y ocupación del centro religioso generó una ola de
atentados en Paquistán, donde desde el 3 de julio murieron 93 personas
víctimas de diferentes ataques suicidas.