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Activistas sociales del sur de Estados Unidos y el norte de México
advierten hoy a los posibles inmigrantes sobre el peligro de morir
deshidratados en las zonas desérticas de la frontera común.
Las autoridades a ambos lados de la zona limítrofe declararon la
alerta roja y grupos civiles extreman las labores preventivas debido
al aumento de las temperaturas, que podrían disparar la tasa de
mortalidad en la zona, informa el diario La Opinión.
Aunque resulta imposible impedir que crucen la frontera, sí podemos
avisarles sobre los peligros, como el calor, los asaltos, los
desniveles en el terreno y los animales venenosos que salen durante el
verano, indicó el coordinador del Grupo Beta, José Luis Rodríguez.
La organización de Rodríguez, con base en la ciudad mexicana de
Tecate, coloca envases con agua y sueros en las zonas más transitadas
y, distribuye volantes con los síntomas de la deshidratación, así como
números de ayuda y emergencia.
Durante los meses de invierno y primavera murieron, agotados por el
calor y la sequía, más de 200 personas que intentaban cruzar hacia
Estados Unidos, según datos del Instituto Nacional de Migración de
México.
Sin embargo, la directora en San Diego de la Fundación de
Asistencia Legal de California Rural, Claudia Smith, indicó que el
número real de víctimas es mayor, pues las estadísticas no incluyen
algunos cadáveres sin identificar.
Enrique Morones, director de Angeles de la Frontera, precisa que
las cifras registradas por las patrullas norteamericanas superan las
250 bajas, por lo cual, los seis primeros meses del año marcan un
nuevo record de mortalidad.