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— Aficionados de todo el planeta festejan hoy la reedición de una
final soñada de Copa América: Brasil-Argentina, porque el fútbol
latinoamericano es altamente seguido más allá de los océanos que
bordean las costas del subcontinente.
Brasileños y argentinos discutirán el título por segunda ocasión
consecutiva, con los segundos en busca de la revancha, tras ceder en
Perú 2004 en serie de tiros penales.
Sin embargo, la historia favorece a los albicelestes sobre la
canarinha, pues se han enfrentado por el cetro de Copa América en
nueve ocasiones anteriores, con ocho coronas para Argentina y sólo
una para Brasil, precisamente la alcanzada tres años atrás.
El gigante suramericano suma siete títulos de Copa, tres de ellos
en las últimas cuatro ediciones, mientras Argentina archiva 14
—igual que Uruguay—, pero no alcanza la cima desde la edición de
Ecuador 1993, lo cual les agiganta la sed de triunfo en la final.
Los discípulos del técnico Alfio "Coco" Basile llegaron a
Venezuela 2007 como grandes favoritos, a priori por la estelaridad
de los nombres incluidos en la plantilla, lo cual han ratificado
sobre la grama con cinco triunfos en igual cantidad de juegos.
Triunfos contundentes con sendas goleadas a Estados Unidos (4-1),
Colombia (4-2), Perú (3-0) y México (3-0), esta última la víspera en
el partido semifinal, en el cual destrozaron la defensa de mejor
comportamiento en el torneo hasta ese momento.
Conducidos por la maestría de Juan Román Riquelme e inspirados
por la genialidad de Lionel Messi, los argentinos han hecho gala de
una colectividad envidiable, con un magnífico balance entre
titulares y suplentes.
Brasil vino de menos a más, luego de un revés inicial por 0-2
ante los aztecas, pero a diferencia del espectáculo colectivo
brindado por los argentinos, la canarinha depende en demasía de la
genialidad de Robinho.
Ahí pudiera radicar la diferencia, que le permita a Argentina
alcanzar su decimoquinta corona el próximo domingo en el estadio
José Encarnación "Pachencho" Romero de la ciudad de Maracaibo.